El objetivo del Estado es prevenir crímenes
y cometerlos,
es salvaguardar la libertad individual
y destruirla,
es ahondar en la democracia
y establecer la tiranía,
es proteger los derechos humanos
y violarlos,
es favorecer el conocimiento
y mantener el pueblo en la ignorancia,
es proteger al débil
y beneficiar al fuerte,
es defender la moral pública
y dar vía libre a los vicios privados,
es sortear a los pobres
y beneficiar a los ricos,
es imponer la ley
y hacer la trampa,
es hablar de mayorías
y hacer política para beneficio de las minorías,
pero los de abajo no se entienden,
no saben hablar entre ellos,
el gigante humano sigue estando hecho pedazos,
la multitud que no aprende a ser multitud
NEOFASCISMO
Hablamos con sus palabras
y el mundo que nombramos
sigue siendo el de ellos
porque está hecho con sus palabras.
No queremos lo impensado, lo prodigioso, lo diferente.
No queremos la quiebra, lo insólito, la fractura, la interrupción.
Preferimos la tregua, la componenda, la reconciliación,
aunque bien sabemos que todo esto
volverá a acabar un día
en emboscada.
No queremos la libertad
y por eso construimos mejores cárceles,
reformadas complicidades,
relucientes ataduras
clamorosos silencios.
No queremos mirar las señales,
no queremos aprender.
Pedimos paz a los que sólo saben hacernos la guerra,
que no se despierten, sólo eso pedimos,
que no vuelvan a golpearnos.
Seguimos aguantando la respiración.
Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015
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