PRESENTE
Mientras los paños mojados
se escurren,
quedan flores en el barreño.
Mil piruletas entretienen
también
a todos aquellos
que pensaron que el futuro
estaba lleno
y quedarse en el presente
era una idea vanguardista.
No ven la televisión,
pero esnifan tofu
cuando creen haber comido
ternera,
tejen sus propios jerseis,
malvas y rojos,
y critican el cine
que disfrutan sus vecinos.
Pero a la hora de matar
se arrugan.
La sangre, que atrae a las
moscas,
repele a los pusilánimes.
La sangre de los pusilánimes,
sin embargo,
alimenta el sistema.
FRÍO
Hacía frío fuera.
Era más viento que otra cosa,
era falta de medicinas.
Había olvidado ya
la sensación de cortar un
trozo de queso.
Todas las sillas eran
prestadas.
Ni tan siquiera conseguía dos
veces la misma
en la única cafetería en que
me dejaban entrar.
La sopa de ayer,
siempre la sopa de ayer
y cada vez el recuerdo más
difuso
del porqué empezó todo esto.
PARABÓLICAS POR GERANIOS
Odio el barrio,
sus jóvenes vencidos,
sus mujeres resignadas a estar
solas.
El miedo manda,
nadie se para a escuchar al
mendigo.
Migas para las palomas.
La calle no suena a nada,
la noche está vacía,
solo aporta la tristeza
del reflejo en la ventana
de televisores encendidos
en el edificio de enfrente.
Parabólicas por geranios.
CALLE
Si te falta calle
compra un mapa.
Si te falta calle
cartón de vino y parque.
Parque,
no parquet.
Parque,
no terraza.
Parque.
Parque.
Parque.
Eso si tu barrio tiene
parque.
El mío lo tenía.
El mío lo tenía
y ahora hay un campo de golf.
Si te falta calle
duerme fuera,
escucha a la policía,
pide en el metro.
En los columpios de mi barrio
había que pagar
o comprar costo.
Sólo los camellos se
sentaban.
Ahora hay un campo de golf
y los niños se columpian en
casa.
NORMAS
La suerte murió esa tarde,
no era lluvia ni apuestas.
Hay veces que no gana nadie.
Esto tiene unas normas
y mañana no existe.
Es hoy la soledad.
La geometría ataca primero en
las esquinas desprotegidas.
De cada dos tragos
uno me anima.
Odio los pares,
tu voz.
Odio que te estorbe la lluvia.
Esto tiene unas normas
e invadimos la calzada con
excusas cobardes
en lugar de quemar personas.
Los escondites ya no existen,
los han forrado de espejos.
Indio Zammit. Ya no queda vino en la pecera. La pérdida de la fe, la civilidad y el amor. Ruleta Rusa ediciones, 2016
"Los escondites ya no existen,
ResponderEliminarlos han forrado de espejos."
Quizá si las mentiras no lo invadieran todo
ResponderEliminartendríamos una oportunidad.
Un saludo