Verdaderamente este es el profeta que ha de venir al mundo
San Juan, 6, 14
HOY HE VISTO a Dios robando un pack de 24 cervezas
con el appointment de la corona real danesa.
Sí, amigos, allí estaba Dios, sucio y desgreñado,
aún en la misma puerta de Ultramarinos La Montaña,
gritándole a su hijo,
a un millón de apóstoles
que pasaban indiferentes, preocupados
por la salud del jefe,
el novio, la regla, las cortinas del piso,
las nuevas chaquetas de temporada,
la forma más rápida de trepar en la empresa,
aplastar la cabeza del vecino
y cómo cambiar de coche en 98 cómodos plazos.
Y Dios allí en medio, andrajoso, apestando,
gritándole a su hijo,
a un millón de apóstoles que pasaban indiferentes,
que se acercaran, sin más sermones,
a compartir con él una cerveza,
y si se acaban, decía,
el siguiente milagro
–porque a mí ya me tienen muy visto–
deberíamos hacerlo todos juntos.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. La Baragaña, 2014
Los milagros ya no son de Dios
ResponderEliminarlos que importan
los hacen los buenos samaritanos.