En la línea débil de aquél valle perdido
el sol se queda suspendido un momento.
Y, ya sin fuerza, parece que regala
la ingravidez a aquél que lo contempla.
Ya somos luz desnuda, sin temores ni cuerpo.
PABLO GUERRERO. Puesta de Sol en la Serena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario