Porque sí.
Porque no.
Te lo dije.
No tardes y me traes la vuelta.
Cualquier día cojo la puerta y desaparezco.
¿Y si todos tus amigos se tiran por un puente te tiras
tú detrás?
¿Que dónde está...? Ahí, si fuera un perro te mordía.
¿A que voy yo y lo encuentro?
Si estás malo para ir a clase, también lo estás para salir con tus amigos.
Bébete el zumo antes de que se le vayan las vitaminas.
Hasta que no lo rompas no te quedarás tranquilo.
Un día me vais a matar del disgusto.
Cuando venga tu padre se lo digo.
Es la primera vez que me siento en todo el día.
Ya me echarás de menos el día que falte.
Tirso Priscilo Vallecillos. Viejos. Ed. Huerga & Fierro, 2019.
¿Cómo es posible que, sin ponerse de acuerdo, todas las madres utilizaran exactamente las mismas frases de advertencia, requerimiento y queja? Las leo y estoy oyendo a la mía.
ResponderEliminar¡¡Y yo!!
ResponderEliminar¡Qué maravilla! De verdad, las mismas frases... en todos los idiomas y en todos los sitios, así son las madres, así somos..
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