En ocho meses nos
comemos los recursos
que el planeta es
capaz de generar en un año.
En 1960 solo nos
comíamos 2/3 de la tarta.
En 1970 nos comimos
la tarta entera.
Hoy faltan
alimentos,
la productividad de
los suelos sigue disminuyendo
al ritmo que
aumenta el uso de los plaguicidas
que tratan de
impedirlo.
El mar se pudre,
las abejas mueren,
el cielo vomita
dióxido de carbono,
cambian los climas,
aumentan las epidemias.
En 1993 nos
terminamos de comer el planeta el 21 de octubre.
En 2003 nos comimos
las últimas migajas el 22 de septiembre.
Este año para el 20
de agosto no quedaba nada.
Tenemos un planeta
pero nos estamos
comiendo planeta y medio.
En economía, tener
más gastos que ingresos
lleva a la
catástrofe y la ruina.
Hay futuros que se
adivinan sin bola, el nuestro.
Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023.
¡Cuánto realismo, Antonio!; aunq eso sí: crudo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Pues habrá que hacer algo más que cambiar de hábitos.
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