Sachsenhausen
No nacerá ningún
dios en Belén,
hubo un tiempo para
las algarrobas,
la gente hacia café
de los posos,
hay que ser un perro
lleno de tiña para negar la sanidad a quien le duele,
ya no digo la vida,
cortaban los árboles
para los navíos de las batallas,
la armada invencible
se comía las hayas,
los mastodontes
abetos,
el carbón de encina,
el invierno en
Siberia,
la expulsión de
Sefarad,
los ingleses
dibujaron un mapa,
la caída del imperio
Otomano,
en Köln solo quedó en pie la catedral,
la alianza había
arrasado las ciudades,
las Waffen –SS
pueblo a pueblo,
el día del Sabat
dejaban de talar los olivos en la franja,
la locomotora
echando humo,
el horno crematorio,
lo que más me
impresionó de Sachsenhausen fue un almacén lleno de zapatos de niños/as.
***
Los hijos/as que han
sufrido maltrato repiten el patrón y cuando estos son padres/madres golpearán también a sus hijos/as.
El cilicio apacigua el pensar en el pecado,
el muro del templo
de Jerusalén,
los soldados comen
bromuro,
ahí fuera,
en no se que país
andan buscando al eslabón perdido,
conecto el
televisor,
me doy cuenta que
está ahí dentro,
la barbarie en
directo hasta que la normalizamos,
Escucho:
Más de diez mil niños/as no volverán a jugar,
más de diez mil no
volverán con sus padres/madres.
Luego los anuncios,
los que decían ser
tus amigos te traicionan,
tus vecinos también,
tu odias,
yo odio,
venimos de un mismo
lugar,
la garganta de
Olduvai.
***
Hay una pared donde
cuelgan los cadáveres,
algunos ideologías,
otros religiones,
por cualquier
circunstancia una bala,
el Ku Kux Klan
quemando negros,
la guardia civil
disparando a negros en el Tarajal,
en Sevilla zarpaban
barcos llenos de esclavos negros para las plantaciones del nuevo continente,
algunas capitales
europeas los tenían en zoos,
hoy en CIES y otras
cárceles,
a los negros digo.
Según la genética
las personas procedemos de una misma madre y un padre nacidos en África,
los belgas medían
las narices de los hutus y los tutsis,
las primera
tablillas de Mesopotamia escritas medían las cosechas,
el petróleo se mide
por la gravedad del conflicto,
los índices de
radioactividad,
Occidente hace tiempo que perdió la medida.
Te acostumbras,
te van entrenado
poco a poco,
las series True
crime,
los documentales de
los animales de las nuevas cadenas,
el telediario de las
de siempre,
al final acabas
aplaudiendo la muerte,
la de los otros.
-¿Soy Occidental?
-¿Cuál es mi drama?
-¿Adorno tenía
razón?
-No se si esto es un
poema.
7* El campo de concentración de Sachsenhausen, ubicado en la población de Oranienburg, en Brandeburgo, Alemania, fue construido por los nazis en 1936 para confinar o liquidar masivamente a opositores políticos, judíos, gitanos, homosexuales, posteriormente también prisioneros de guerra y finalmente Testigos de Jehová. Aproximadamente 50 000 prisioneros de todo tipo fueron asesinados dentro del campo.
Con la ocupación soviética de Alemania Oriental, entre agosto de 1945 y la primavera de 1950, fue transformado en un campo especial del NKVD donde se recluyó a unos 60 000 presos políticos, así como a militares y funcionarios del III Reich; 12 500 de ellos murieron, en su mayoría de malnutrición y enfermedad.
En la actualidad se puede visitar como una actividad turística más.
Andrés Izu. Rad(i)al. La imprenta. 2024
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