II
Todo empezó con el algoritmo, yo no se lo que es el algoritmo,
pero me desperté y el algoritmo lo había
cambiado todo.
Primero empecé a dejar de ver las publicaciones de mis amigos más
cercanos, más tarde todas las publicaciones que normalmente leía se habían
esfumado de la pantalla de la computadora, correos, programas y aplicaciones.
Lo atribuí a un fallo en la red, comprobé el router, lo apagué, conté
diez segundos.
Uno no se para a pensar lo que dura un segundo hasta que comienza a contar el tiempo.
Tampoco entiendo por qué nos
encomendamos a esa cifra como si esos diez segundos solucionasen todo problema
de programación o conexión.
Tras encenderlo realicé todas las actualizaciones requeridas, chequeé
el estado, la configuración de privacidad, acepté a disgusto la política y uso
de datos, finalmente tecleé absurdamente algunas letras pero allí ni siquiera
quedaba ya ni mi nombre.
La verdad no se la importancia que tiene el tener un nombre propio, uno
no se llama, la mayoría de las veces son otros quienes recurren a ello.
Hay veces, seamos sinceros, nos gusta oír nuestro nombre o al menos
leerlo pero llevo ya más de tres horas intentando restablecer mi identidad.
Desde luego que desconocía por completo que hubiese una entidad o
estamento que tiene la potestad de restablecer tu nombre.
Comienzo a repetir todos los pasos anteriores, apagado, encendido, en
un bucle obsesivo, sin hallar respuesta o solución a semejante problema.
Vuelvo a dirigirme a la computadora e introduzco el comando
Ctrl+Alt+Supr con la esperanza de poder
llegar a la pantalla que permita reiniciar el sistema, el ordenador ha
decidido bloquearse.
Muchas veces desearía que existiese la posibilidad de activar diferentes
comandos y poder utilizarlos a mi antojo para poder poner fin a una situación o
un estado o simplemente tener la posibilidad de reiniciar la vida pero mucho me
temo que eso solo ocurre en las historias de ciencia ficción.
Cansado y al borde de un ataque de pánico trato de articular mi nombre
en voz alta pero es en vano ya que toda
consonante o vocal han desaparecido también de mi vocabulario.
Solo alcanzo a emitir un conjunto de sonidos guturales en un intento,
ya estéril, de volver a pronunciar mi nombre.
Aturdido por el accidente en el cual me veo inmerso pienso salir de mi
hogar, cierro la puerta, en la segunda vuelta de la llave la casa desaparece
ante mis ojos. Obstinadamente golpeo mi cabeza no dando crédito a todo lo que
acontece. Huyo por las calles lanzando alaridos, como si mi cerebro reptiliano
fuese quien guiase mi pálpito y me hubiese conectado con mi memoria primitiva
de homínido.
Ya no existen las palabras, se me fueron, si miro un árbol alcanzo a
comprender en términos subjetivos su belleza, su significado dentro de un
conjunto simbiótico, su raíces, sus frutos, pero ya no conozco su nombre.
Lloro, vuelvo a gritar, corro como un enajenado, aquí no hay
nadie…cadenas de números en cascada… todo se vuelve oscuro… la luz se
desvanece…mis recuerdos se han comprimido...jpg...jpg…mi memoria viaja muy
rápido…010101010100100100101001100010010101001001000010100101001001010101010010010100101001000100100100100101010101010100000111010001001000100100010010010010010010010010010100101010101010101001010001010110100010101010001010001000101001111111010100110111111Enter…Control
+Alt+Delete.
III
Soy un simio que se perdió en una rave.
Bailaba sobre los escombros de las naves de la era de antes
de la deslocalización.
Consumía con alegría el fracaso de nuestra especie en este
momento de la historia, mientras ahí
fuera nos pasaban por encima de nuestras
cabezas,
mientras ahí fuera se quedaban con todo.
Vi arder edificios, sus llamas recalificaban el terreno, incendiaban el patrimonio civil,
los arqueólogos del futuro encontrarán ceniza de aquellas naves en los
cimientos de estos edificios.
Vi desayunar pastillas, amontonar el polvo en los polígonos
que mantenían el silencio de todos los
excesos de nuestra civilización.
Los hangares, las factorías, los aparcamientos de la
logística eran los templos donde acudían los hijos e hijas a dejarse llevar por las melodías.
Bailábamos encima de las ruinas, en esos edificios del
abandono, donde antes la explotación de personas por un jornal era la rutina.
No se donde escuché que el movimiento del cuerpo y de las rodillas de Elvis Presley, en la
velocidad en que lo hacía, en la forma
en la que lo hacía, coincidían con el auge de la implementación de la cadena de montaje
en todo el sector industrial.
-¡A uan ba buluba balam bambú!
-¡No te oigo, la música está muy alta!
-Dime ¿A qué corresponde esta música que bailamos?
-Líneas, líneas de producción, líneas de trenes de
mercancías, de cercanías, líneas y más líneas, aspirando líneas, tragando y
tragando píldoras, cristales y
cristales, entregados a la repetición de un beat en línea, doblando los horarios, nos pensamos en la antagonía
y reproducimos el sistema…quiero resetear mi Cpu…me estoy quedando sin
memoria…consumo datos…me estoy quedando sin memoria…consumo emociones… la
manera de exhortar la culpa…el triunfo de la propaganda…se compra
felicidad…sino puedo comprar me viene la angustia…cada vez más lejos…la
hiperacción nos aleja de nosotros
mismos…lo quiero ahora…el hiperloop…el concorde…Amazon… Glovo… Aliexpres…¿Hay
alguien al otro lado de la línea?
-¿Qué te has tomado?
-Perdona no te conozco…he salido de casa…mi casa había
desaparecido...
¿Dónde estoy? Era de noche…ha salido el sol…lo veo entrar
por las grietas…solo seguía una melodía…un ritmo…como el traqueteo de un
ferrocarril…como el golpe de una prensa hidráulica…escucha la música del
centrifugado…o el Tick!Tick! del paso de
los alimentos por la cinta del supermercado...te has parado a pensar a que
velocidad viajan los datos 10…1000…1111010110...1111000010…CRTL+ALT+Supr...11000...se
apaga la luz...vuestras voces son de metal...me estoy alejando de mi cuerpo…me
estoy yendo…solo escucho ese ritmo…Simon dice Rojo, Simon dice Azul: ¡K-Hole!
¡K-Hole! ¡K-Hole!...hay gente a mi alrededor…es de día…es domingo…el baile
sigue…las gafas de sol…esperando en el
andén…miro el móvil para saber volver a mi casa…mi casa…mi casa había
desaparecido…
IV
Nuestros cuerpos han sido invadidos
no es posible el aislamiento
nuestra ubicación es revelada
somos coordenadas pesimistas a la deriva
sobre el poder
no hay vínculo
ni afinidad.
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