un dios maldito
que muestre un anuncio de
neón
en medio del infierno.
Charles
Bukowski
Llueve hoy como una limosna
sobre la tierra sedienta,
marchita,
y sobre tu enlosado
solitario
de ciudad venida a pueblo.
Llueven también las bombas
y otra guerra
parece haberse desatado
ante nosotros.
Ponen los pies sobre la
mesa los magnates
en los despachos de
ministerios,
y dejan que caigan las
máscaras,
estrenando un nuevo ciclo
oscuro
de sádico neofeudalismo.
Hambre, colonialismo,
inflación, colapso,
—vuelve un terror
modelo Años Veinte—
la cerrazón gobierna a la
inteligencia,
la xenofobia, la suspicacia
hacia a lo ajeno
mientras seguimos
mansamente nuestras compras,
indiferentes al dolor del
otro: todo
parece presagiar el fin del
mundo.
Alzo la vista hacia tus
chimeneas de ladrillo,
huérfanas
del humo de carbón
y coronadas, desde hace
algunas décadas,
por nidos de cigüeña.
Es entonces cuando se me
alcanza:
aquí el mundo acabó hace ya
tiempo.
Y tampoco
parece haber tenido
ninguna consecuencia.
Alberto Pérez Domínguez. Heredaré el reino de Gengis
No hay comentarios:
Publicar un comentario