LOS SUEÑOS SON
PARA LOS NIÑOS
De niño quería
ser jefe de la banda más temible del barrio
Escupir fuerte
Orinar lejos Usar algún nombre intimidatorio
(Dagda-Kan
Serpiente de ceniza) Quería ser un falso adulto
que confundiera
juguete roto con origen de la melancolía
Balón embarcado
con miedo a las estrellas
Quería ir a
caballo por la acera e imaginar tras los edificios
una arcadia azul donde se nivelaran deber y querer
una arcadia azul donde se nivelaran deber y querer
remordimiento y
estrago
Quería llegar pronto (con mi navaja mística y mi pólvora sagrada)
Quería llegar pronto (con mi navaja mística y mi pólvora sagrada)
a un puesto
importante en mi carrera contra el porvenir
Mantener alejado al
joven maduro y al padre conservador
Quería alcanzar el
punto más alto de mis quince años
para lanzarme desde
allí como un paracaidista en llamas
y revelarle a la
chica de las pecas
—allí bajo el
techo del columpio—
mi pujante
naturaleza compasiva
(aunque algo fingido
en mis dedos
se me adelantaba
siempre)
Quería descifrar
las órdenes secretas del alcantarillado
y el lenguaje
sideral de las farolas
Inventar peligros a los que solo yo estuviera expuesto
Inventar peligros a los que solo yo estuviera expuesto
(por si la
imaginación se me fuese de las manos
y alguien con los
pies en la tierra saliera volando)
Quería llegar a la
luna entrando por un aljibe
y saliendo por la
almohada
Resolver
Resolver
en fin
esos misterios cotidianos que nadie me exigía
esos misterios cotidianos que nadie me exigía
Quería todo eso
hasta que mi madre me llamase a voces
y lo abortara todo
hasta el día siguiente (ella servía
de tope blando a mi cabeza dura) Y aunque no tengo
de tope blando a mi cabeza dura) Y aunque no tengo
suficientes pruebas
de ello sé que en su silencio
guardaba dardos
y navajas y revistas
para adultos
(esa compasión
invencible
que aún no he
comprendido)
Quería resolver en
capítulos esa misión indivisible
de perderme de
vista
Sentirme harapo y bandera Grito bajo Secreta
Sentirme harapo y bandera Grito bajo Secreta
legislación
Quería mandar
sobre diminutos dioses
para que me transportasen sobre un trono de escalofrío
para que me transportasen sobre un trono de escalofrío
Quería esplendor y
fango Fuerzas intermitentes
que me sostuvieran en alto y con la vista gorda del portero
que me sostuvieran en alto y con la vista gorda del portero
que conocía todos
los secretos del universo La guarida del tigre
Quería en realidad
no deberle nada a nadie
para que mi deuda con el mundo no comenzara tan pronto
para que mi deuda con el mundo no comenzara tan pronto
Ahora paseo por este
barrio tan pequeño que era aquel
tan grande y no hay nadie que me llame a voces
ni me reconozca ni recuerde mi apodo de niño desalmado
tan grande y no hay nadie que me llame a voces
ni me reconozca ni recuerde mi apodo de niño desalmado
Nadie que conmemore
esa belleza bruta de hacer las cosas
por hacerlas Que
recuerde la bicicleta azul sobre la vía de tren
detenida en el aire
Mi suicidio diario Mi caída subiéndome
al caballo
al caballo
ESPÍRITU DE LA
RESACA
Un hombre sabio
diría
Cuento verdades
que me ponen en duda
Me penetro rebosándome
Me evaporo tomando cuerpo
Lo miro todo como si fuera nuevo
Me penetro rebosándome
Me evaporo tomando cuerpo
Lo miro todo como si fuera nuevo
(envejezco
diariamente por vez primera)
Soy un hombre que
recuerda hacia adelante
lo que será
capaz de no hacer hoy
(partirse la
espalda para lamerse los talones)
Soy alguien
demasiado escueto
para contar vastas verdades (ese ardor universal
para contar vastas verdades (ese ardor universal
concentrado en la
lengua Esa saliva nostálgica
tragada con
repugnancia)
Soy un hombre que
vive de milagro
con sus miedos conservadores y su corazón alocado
con sus miedos conservadores y su corazón alocado
(que cuenta
historias de sí mismo
cuando pertenecen a otro)
Un hombre que ve las cosas como no son:
el rojo viviendo en las manos
El azul en la frente El negro en sus rodillas)
cuando pertenecen a otro)
Un hombre que ve las cosas como no son:
el rojo viviendo en las manos
El azul en la frente El negro en sus rodillas)
Soy alguien
(diría un hombre sabio) bastante superficial
pero oigo el
murmullo del verano en la tormenta
Y ahí busco mi
camino
Julio César Jiménez Moreno. Credo del ardor. XXX Premio Nacional de Poesía José Hierro.Universidad Popular José Hierro. Dept. de Publicaciones. Ayuntamiento de S. Sebastián de los Reyes. 2019
Julio César Jiménez Moreno. Credo del ardor. XXX Premio Nacional de Poesía José Hierro.Universidad Popular José Hierro. Dept. de Publicaciones. Ayuntamiento de S. Sebastián de los Reyes. 2019
¡Gracias, Antonio!
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