RECOGIDA la cosecha,
siento la respiración de la tierra
como una enamorada.
Un día entraré en ti sabiendo hacerlo,
respiraré en la luz, al compás de las piedras.
Respiraré en la rosa perfecta del vacío.
Respirar y olvidarme de respirar.
***
EL HOMBRE es un pez sediento,
está en el lugar que busca,
por eso no lo puede encontrar,
pececillo,
nada,
nada,
nada.
***
SENTADO sobre una roca
junto a la vieja charca
un lucio salta y me salpica,
no dejo de aprender.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. La Baragaña, 2014
Felicidades poeta, estos dos primeros poemas (muy bonitos pero sobre todo muy acertados) demuestran que ya estás a medio paso de no tener que ir de vacaciones a Nepal a buscar nada nunca más. Un beso.
ResponderEliminarQuerida Sandra, viniendo de mi más crítica y severa lectora todo lo que dices es un cumplido que me llena de alegría. Gracias por pasarte por aquí. Besos.
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