En estos días nos volvemos lo que éramos antes
pedazo de carne, promesa de borrachera
los tenis rotos de la secundaria
la tela de aquél primer brassiere
La piel entrando y saliendo
subiendo y bajando
deseando y olvidando
Hemos crecido tanto
Hemos cabalgado camas
Hemos destruido amaneceres y ahora estamos solos
Inciertos
Con el tiempo devorando nuestros huesos
Somos una generación de enfermos
A veces felices. A veces con odio
A veces mirando al cielo
esperando a que llegue un rayo
un dios
un avión lleno de amor verdadero
Esperando a que alguien nos resuelva el siglo sin vivir un infierno
Con cigarro en mano platicamos. Lloramos.
Nos besamos con el humo de futuro
el líquido de futuro
el último aliento que nuestros muertos llamaron futuro
y que en realidad viene vestido de presente
y no se siente
no es complaciente
es lo único que se atreve a hacernos frente:
un espejo a las cinco de la mañana
ojeras
golpes
rasgos de vejez en la cara
los años que tanto sonreíste
las tardes que imaginaste eternas
huyendo
viviendo
volando hacia el sol como gaviotas quebrando este sistema
Vamos a volar hasta que se nos caigan las piernas
Vamos a reinar en los cielos y en una ventana rota
Vamos a besarnos antes de que se nos destruya la era
Un edificio en tu cabeza
un avión en mis labios
Fuego. Gritos
Tantas muertes y cada día volver a escribirnos
para decir soles y mentiras vivas
que piden leche
piden pan
piden que las arrulles hasta caer dormidas
Somos nuestra propia generación
Somos nuestro propio monstruo
Somos nuestro propio ahora
Y aún así, nos estamos queriendo
María Villatoro. Inédito
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