Masaje
A
principios del siglo XXI un fantasma recorre Europa
es
el fantasma del método Pilates
media
Europa se abandona al menos dos veces al mes
en
las manos blancas y veloces de su fisioterapeuta
el
viejo mundo se ha convertido en un spa.
hoy
se puede ir de Cádiz a Estocolmo
parando
cada día en un centro de masajes
se
reproducen como conejos las clínicas de osteopatía
Será
por eso
cada
vez nos duele más el cuello
de
tanto mirar para otro lado.
Desobediencia
Obedeciendo
se extienden los imperios
se
construyen ejércitos,
aviones
supersónicos,
se
levantan catedrales.
Demos
gracias a la bendita obediencia
porque
ella es la verdad y la cuadrícula del mundo
porque
ella nos ha abierto este camino de progreso
en
la selva cerrada de los siglos.
Por
eso la enseñamos en el cole
Porque
la recta es la distancia
más
corta y aburrida entre dos puntos.
Por
eso nos prohíben seguir con la mirada
la
espiral en vuelo de las moscas
y
nos hacen amarrar en un establo del cerebro
los
caballos azules de los sueños.
Y
nos aconsejan :
es
mejor un solo pájaro en la mano
que
una desbandada en la cabeza,
renuncia
a tu trébol de diecisiete hojas
asesina
al dinosaurio que duerme
al
otro lado de tu frente.
Y
sin embargo de la maldita desobediencia
no
nos dicen ni mú
porque
no se necesitan soldados desertores
ni
conductores de autobús con inquietudes.
No
hacen falta jardineros que rieguen con ternura
todas
nuestras interrogaciones
y
por eso matamos a los perros
que
siguen suspirando como lobos
y
suicidamos a los oficinistas
enamorados
de la fotocopiadora.
Nos
olvidamos, sin embargo, de que esta historia,
la
nuestra,
comenzó
desobedeciendo:
aquel
intrépido homo loquefuera
que
regresó de las llamas del primer árbol ardiente
con
un trocito de trueno entre las manos
con
una rama de fuego doméstica y minúscula
es
el padre de todos los que estáis leyendo esto
Somos
el animal desobediente
el
hijo protestón de mamá Naturaleza.
La
desobediencia
no
construye autopistas
es
cierto,
pero
nos ha hecho surcar el universo
con
el pequeño cohete de nuestro dedo índice
Sacarle
la lengua al pasado
y
su negra procesión de nosepuedes.
Pintarle
un ridículo bigote
a
todas las verdades absolutas.
La
maldita desobediencia
nos
hizo cambiar el jardín del paraíso
por
esta pensión llena de goteras y palabras
por
esta pequeña habitación con vistas a la nada
Y
quizá no vaya a salvarnos del incendio
pero
mientras el miedo se empeñe en que callemos
habrá
que seguir arriesgando la garganta
aunque
solo sea
para
que el obediente silencio
no
llegue a tener nunca
la
última palabra.
Teatro
del absurdo
En
el segundo exacto en que aterrizó la bomba de Hiroshima
hubo
alguien en algún lugar del mundo
que
no podía abrir un bote de guisantes.
Mientras
caen los cuerpos desde la planta 65 de las torres gemelas
en
la planta 18 una mujer sale del baño y sonríe aliviada ante el
espejo.
En
el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau
se
eleva cada jueves una columna de humo negro
mientras
en el roble más cercano es primavera
dos
mariposas amarillas hacen el amor y son felices
El
mismísimo día del fin del mundo
se
seguirán rompiendo los calcetines por el dedo gordo.
Pero
bajemos a tu vida:
¿Recuerdas
el momento en que comprendiste
que
habían dejado de quererte?
La
noche interminable
bajo
el cielo intoxicado de septiembre
y
aquel sabor a wiski y aquella horrible telaraña,
pues
al día siguiente aunque ya no lo recuerdes
el
sol saltó del horizonte como un niño de la cama
te
cepillaste los dientes como siempre
y
luego pisaste un chicle de camino al metro.
Después
de tu muerte o de la mía,
ojalá
que sea dentro de muchos años,
ese
mismo día por la noche
seguirá
estando rica la tortilla de patata
alguien
que nos quiso con locura volverá del tanatorio
se
rascará la espalda y encenderá la tele a ver qué ponen.
Detrás
de cada aquíyahora
siempre
hay un allídespués agazapado
unos
metros más allá de lo terrible
habrá
alguien que silbe
dé
una patada a alguna piedra
y
siga caminando.
Empezamos
a intuirlo
la
gran tragedia humana
no
es que echemos de menos un guión bien construido
ni
un teatro mejor iluminado
ni
siquiera que nos falte el Director de escena
la
verdadera gran tragedia es sencillamente eso
que
no hay tragedia.
Miguel Martínez López. En Voces del Viento Sur. Surada poética 2014/2015. 30 poetas de la conciencia crítica. Ed. El Desvelo. Santander, 2016
Miguel gracias por darle vida a estos poemas y permir que nosotros los lectores podamos explorarnos en ellos.
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