De pequeños quemábamos trozos de poliespán;
de nuestras manitas de mariposas caían gotas ardiendo
con un sonido parecido al de los cazas que,
vertiginosamente, despegaban de la nave Galáctica.
Los cylon se escondían bajo apariencia humana
y yo soñaba con aniquilarlos
con mi Viper espacial.
Hoy he escuchado en el noticiario
que un niño sirio antes de morir había dicho:
“Le voy a contar a Dios todo”
y, de inmediato, he entendido que,
para ser feliz,
ya no es suficiente con tener manitas
como mariposas.
Y si pudiera volver atrás,
si yo pudiera volver atrás...
entre cylon y humano…
me quedaría con el cylon.
REBAJAS
Te mueves nervioso
por la inhóspita primera planta de Zara:
juraste que no volverías a entrar en rebajas.
Una interminable cola esquiva
expositores y percheros
hasta desaparecer por la escalera.
Ni se te ocurra comparar lo que ves
con un campo de refugiados
¡ni se te ocurra!
Y es que no te puedes sustraer
a eso de buscar —incluso debajo
de los leggins— ideas
para escribir un poema.
Lo compruebas con una regla de tres:
“Zara en rebajas” es a “campo de refugiados”
lo que “legins” a “un tío
de cuarenta y cinco con barriga”:
no pegan
no pegan
no pegan.
Aun así escribes unos versos
mientras piensas que te puedes hacer una idea
de lo que es la espera en un futuro incierto...
Si de verdad te la hicieras
si de verdad pudieras sentirlo en tu piel
saldrías a la calle a romper escaparates
con tus manos, con tu cabeza
para que todos pudieran entrar y salir
libremente,
y que de una vez por todas
desaparecieran
esas interminables filas
que ordenan
como perchas
a las personas.
Tirso Priscilo Vallecillos. Noticiario. 2017
Vivimos entre escombros. Aunque la multitud que los tasa y decora no lo sepa, o no lo quiera saber.
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