Parra. De Artefactos, 1972 |
LOS VICIOS DEL MUNDO MODERNO
Los
delincuentes modernos
Están autorizados para concurrir diariamente a parques y jardines.
Provistos de poderosos anteojos y de relojes de bolsillo
Entran a saco en los kioskos favorecidos por la muerte
E instalan sus laboratorios entre los rosales en flor.
Desde allí controlan a fotógrafos y mendigos que deambulan por los alrededores
Procurando levantar un pequeño templo a la miseria
Y si se presenta la oportunidad llegan a poseer a un lustrabotas melancólico.
La policía atemorizada huye de estos monstruos
En dirección del centro de la ciudad
En donde estallan los grandes incendios de fines de año
Y un valiente encapuchado pone manos arriba a dos madres de la caridad.
Los vicios del mundo moderno:
El automóvil y el cine sonoro,
Las discriminaciones raciales,
El exterminio de los pieles rojas,
Los trucos de la alta banca,
La catástrofe de los ancianos,
El comercio clandestino de blancas realizado por sodomitas internacionales,
El auto-bombo y la gula
Las Pompas Fúnebres
Los amigos personales de su excelencia
La exaltación del folklore a categoría del espíritu,
El abuso de los estupefacientes y de la filosofía,
El reblandecimiento de los hombres favorecidos por la fortuna
El auto-erotismo y la crueldad sexual
La exaltación de lo onírico y del subconsciente en desmedro del sentido común.
La confianza exagerada en sueros y vacunas,
El endiosamiento del falo,
La política internacional de piernas abiertas patrocinada por la prensa reaccionaria,
El afán desmedido de poder y de lucro,
La carrera del oro,
La fatídica danza de los dólares,
La especulación y el aborto,
La destrucción de los ídolos.
El desarrollo excesivo de la dietética y de la psicología pedagógica,
El vicio del baile, del cigarrillo, de los juegos de azar,
Las gotas de sangre que suelen encontrarse entre las sábanas de los recién desposados,
La locura del mar,
La agorafobia y la claustrofobia,
La desintegración del átomo,
El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad,
El delirio de retorno al vientre materno,
El culto de lo exótico,
Los accidentes aeronáuticos,
Las incineraciones, las purgas en masa, la retención de los pasaportes,
Todo esto porque sí,
Porque produce vértigo,
La interpretación de los sueños
Y la difusión de la radiomanía.
Como queda demostrado, el mundo moderno se compone de flores artificiales
Que se cultivan en unas campanas de vidrio parecidas a la muerte,
Está formado por estrellas de cine,
Y de sangrientos boxeadores que pelean a la luz de la luna,
Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida económica de los países
Mediante algunos mecanismos fáciles de explicar;
Ellos visten generalmente de negro como los precursores del otoño
Y se alimentan de raíces y de hierbas silvestres.
Entretanto los sabios, comidos por las ratas,
Se pudren en los sótanos de las catedrales,
Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía.
El mundo moderno es una gran cloaca:
Los restoranes de lujo están atestados de cadáveres digestivos
Y de pájaros que vuelan peligrosamente a escasa altura.
Esto no es todo: Los hospitales están llenos de impostores,
Sin mencionar a los herederos del espíritu que establecen sus colonias en el ano de los recién operados.
Están autorizados para concurrir diariamente a parques y jardines.
Provistos de poderosos anteojos y de relojes de bolsillo
Entran a saco en los kioskos favorecidos por la muerte
E instalan sus laboratorios entre los rosales en flor.
Desde allí controlan a fotógrafos y mendigos que deambulan por los alrededores
Procurando levantar un pequeño templo a la miseria
Y si se presenta la oportunidad llegan a poseer a un lustrabotas melancólico.
La policía atemorizada huye de estos monstruos
En dirección del centro de la ciudad
En donde estallan los grandes incendios de fines de año
Y un valiente encapuchado pone manos arriba a dos madres de la caridad.
Los vicios del mundo moderno:
El automóvil y el cine sonoro,
Las discriminaciones raciales,
El exterminio de los pieles rojas,
Los trucos de la alta banca,
La catástrofe de los ancianos,
El comercio clandestino de blancas realizado por sodomitas internacionales,
El auto-bombo y la gula
Las Pompas Fúnebres
Los amigos personales de su excelencia
La exaltación del folklore a categoría del espíritu,
El abuso de los estupefacientes y de la filosofía,
El reblandecimiento de los hombres favorecidos por la fortuna
El auto-erotismo y la crueldad sexual
La exaltación de lo onírico y del subconsciente en desmedro del sentido común.
La confianza exagerada en sueros y vacunas,
El endiosamiento del falo,
La política internacional de piernas abiertas patrocinada por la prensa reaccionaria,
El afán desmedido de poder y de lucro,
La carrera del oro,
La fatídica danza de los dólares,
La especulación y el aborto,
La destrucción de los ídolos.
El desarrollo excesivo de la dietética y de la psicología pedagógica,
El vicio del baile, del cigarrillo, de los juegos de azar,
Las gotas de sangre que suelen encontrarse entre las sábanas de los recién desposados,
La locura del mar,
La agorafobia y la claustrofobia,
La desintegración del átomo,
El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad,
El delirio de retorno al vientre materno,
El culto de lo exótico,
Los accidentes aeronáuticos,
Las incineraciones, las purgas en masa, la retención de los pasaportes,
Todo esto porque sí,
Porque produce vértigo,
La interpretación de los sueños
Y la difusión de la radiomanía.
Como queda demostrado, el mundo moderno se compone de flores artificiales
Que se cultivan en unas campanas de vidrio parecidas a la muerte,
Está formado por estrellas de cine,
Y de sangrientos boxeadores que pelean a la luz de la luna,
Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida económica de los países
Mediante algunos mecanismos fáciles de explicar;
Ellos visten generalmente de negro como los precursores del otoño
Y se alimentan de raíces y de hierbas silvestres.
Entretanto los sabios, comidos por las ratas,
Se pudren en los sótanos de las catedrales,
Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía.
El mundo moderno es una gran cloaca:
Los restoranes de lujo están atestados de cadáveres digestivos
Y de pájaros que vuelan peligrosamente a escasa altura.
Esto no es todo: Los hospitales están llenos de impostores,
Sin mencionar a los herederos del espíritu que establecen sus colonias en el ano de los recién operados.
Los
industriales modernos sufren a veces el efecto de la atmósfera
envenenada,
Junto a las máquinas de tejer suelen caer enfermos del espantoso mal del sueño
Que los transforma a la larga en unas especies de ángeles.
Niegan la existencia del mundo físico
Y se vanaglorian de ser unos pobres hijos del sepulcro.
Sin embargo, el mundo ha sido siempre así.
La verdad, como la belleza, no se crea ni se pierde
Y la poesía reside en las cosas o es simplemente un espejismo del espíritu.
Reconozco que un terremoto bien concebido
Puede acabar en algunos segundos con una ciudad rica en tradiciones
Y que un minucioso bombardeo aéreo
Derribe árboles, caballos, tronos, música.
Pero qué importa todo esto
Si mientras la bailarina más grande del mundo
Muere pobre y abandonada en una pequeña aldea del sur de Francia
La primavera devuelve al hombre una parte de las flores desaparecidas.
Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando la miserable costilla humana.
Extraigamos de ella el líquido renovador,
Cada cual de acuerdo con sus inclinaciones personales.
¡Aferrémonos a esta piltrafa divina!
Jadeantes y tremebundos
Chupemos estos labios que nos enloquecen;
La suerte está echada.
Aspiremos este perfume enervador y destructor
Y vivamos un día más la vida de los elegidos:
De sus axilas extrae el hombre la cera necesaria para forjar el rostro de sus ídolos.
Y del sexo de la mujer la paja y el barro de sus templos.
Por todo lo cual
Cultivo un piojo en mi corbata
Y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles.
Nicanor Parra. Poemas y antipoemas. Editorial Nascimento, 1954.
Junto a las máquinas de tejer suelen caer enfermos del espantoso mal del sueño
Que los transforma a la larga en unas especies de ángeles.
Niegan la existencia del mundo físico
Y se vanaglorian de ser unos pobres hijos del sepulcro.
Sin embargo, el mundo ha sido siempre así.
La verdad, como la belleza, no se crea ni se pierde
Y la poesía reside en las cosas o es simplemente un espejismo del espíritu.
Reconozco que un terremoto bien concebido
Puede acabar en algunos segundos con una ciudad rica en tradiciones
Y que un minucioso bombardeo aéreo
Derribe árboles, caballos, tronos, música.
Pero qué importa todo esto
Si mientras la bailarina más grande del mundo
Muere pobre y abandonada en una pequeña aldea del sur de Francia
La primavera devuelve al hombre una parte de las flores desaparecidas.
Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando la miserable costilla humana.
Extraigamos de ella el líquido renovador,
Cada cual de acuerdo con sus inclinaciones personales.
¡Aferrémonos a esta piltrafa divina!
Jadeantes y tremebundos
Chupemos estos labios que nos enloquecen;
La suerte está echada.
Aspiremos este perfume enervador y destructor
Y vivamos un día más la vida de los elegidos:
De sus axilas extrae el hombre la cera necesaria para forjar el rostro de sus ídolos.
Y del sexo de la mujer la paja y el barro de sus templos.
Por todo lo cual
Cultivo un piojo en mi corbata
Y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles.
Nicanor Parra. Poemas y antipoemas. Editorial Nascimento, 1954.
DESDE QUE NACÍ no he tenido
En las manos
Ni un rato de paz
Todos los segundos de todos los días
Todos contra todos
Salvo unos cuantos
Que siguen perfeccionando el reloj de cuco
Para que sepamos la hora exacta
Por la que caminaremos fusil en mano
Contra Manuel el de la esquina
Informático de profesión y feliz en su matrimonio
O Dolores tabernera lince con las vueltas
Que de pequeña temblaba ante las lechuzas
O Manuel el de la carne
Al que le quitaron la novia
Cuando estaba en las milicias del emperador
Defendiendo las tierras del emperador
Tierras que el emperador nunca ha ido a ver
Creo que no exagero
Cuando de vez en cuando
Me pierdo en un bosque
Y la tomo con los árboles
Que se dejan intimidar por el primero que llega con un hacha
O a voces y gritos
Enumero los males del siglo
A la tierra se le está calentado la cabeza
Y no habrá neveras para todos
La madre que parió a los miedos de comunicación
Medio y propaganda del sistema de sistemas
Nos quieren quitar el ozono
Como nos quitaron el ozonopino de las salas de proyección
Pero a mí no me engañan
Sé quien anda detrás de todo
En el tercer mundo son tan vagos
Que por no hacer no hacen
Ni ganas de comer
Qué hace esa televisión encendida
Yo profetizo que ese ruidoso invento tiene los días contados
Habría que abolir de inmediato
O en los próximos diez minutos
Las chimeneas de los coches
No se puede tener un lanzallamas permanentemente abierto
Vamos a tostar las nubes
Los pararrayos
A quién se le ocurrió lo de estorbar la ira de dios
Así nos va
La ley seca y la sequía
Y las sombrillas de flores o de luto
Que no dejan ver el verdadero color del cielo
Los récords del mundo
Aunque del verdadero récord
Nadie lleva la cuenta
El numero de peones que se han extraviado
Y de torres y de caballos y de burros
La de burros que se han perdido
En la partida entre el emperador blanco
Y el emperador rojo o negro o amarillo
Los mundiales
Conflictos bélicos se entiende
La caspa
Mal de muchos consuelo de todos
Desde este momento
Debería quedar prohibido
Mirar al mar o a las estrellas
Ya está bien de ponérselo fácil a ciertos poetas
El amor
En cualquiera de sus variantes
Animales o vegetales o minerales
Injuriar a los padres de la patria
Que bastante tienen con que todo les salga mal
La ecología
Que no es ni más ni menos
Que la mala conciencia de los que pueden tenerla
Dejarse comida en el plato
Decir lo que realmente se piensa
Hablar mal
Hablar
En las manos
Ni un rato de paz
Todos los segundos de todos los días
Todos contra todos
Salvo unos cuantos
Que siguen perfeccionando el reloj de cuco
Para que sepamos la hora exacta
Por la que caminaremos fusil en mano
Contra Manuel el de la esquina
Informático de profesión y feliz en su matrimonio
O Dolores tabernera lince con las vueltas
Que de pequeña temblaba ante las lechuzas
O Manuel el de la carne
Al que le quitaron la novia
Cuando estaba en las milicias del emperador
Defendiendo las tierras del emperador
Tierras que el emperador nunca ha ido a ver
Creo que no exagero
Cuando de vez en cuando
Me pierdo en un bosque
Y la tomo con los árboles
Que se dejan intimidar por el primero que llega con un hacha
O a voces y gritos
Enumero los males del siglo
A la tierra se le está calentado la cabeza
Y no habrá neveras para todos
La madre que parió a los miedos de comunicación
Medio y propaganda del sistema de sistemas
Nos quieren quitar el ozono
Como nos quitaron el ozonopino de las salas de proyección
Pero a mí no me engañan
Sé quien anda detrás de todo
En el tercer mundo son tan vagos
Que por no hacer no hacen
Ni ganas de comer
Qué hace esa televisión encendida
Yo profetizo que ese ruidoso invento tiene los días contados
Habría que abolir de inmediato
O en los próximos diez minutos
Las chimeneas de los coches
No se puede tener un lanzallamas permanentemente abierto
Vamos a tostar las nubes
Los pararrayos
A quién se le ocurrió lo de estorbar la ira de dios
Así nos va
La ley seca y la sequía
Y las sombrillas de flores o de luto
Que no dejan ver el verdadero color del cielo
Los récords del mundo
Aunque del verdadero récord
Nadie lleva la cuenta
El numero de peones que se han extraviado
Y de torres y de caballos y de burros
La de burros que se han perdido
En la partida entre el emperador blanco
Y el emperador rojo o negro o amarillo
Los mundiales
Conflictos bélicos se entiende
La caspa
Mal de muchos consuelo de todos
Desde este momento
Debería quedar prohibido
Mirar al mar o a las estrellas
Ya está bien de ponérselo fácil a ciertos poetas
El amor
En cualquiera de sus variantes
Animales o vegetales o minerales
Injuriar a los padres de la patria
Que bastante tienen con que todo les salga mal
La ecología
Que no es ni más ni menos
Que la mala conciencia de los que pueden tenerla
Dejarse comida en el plato
Decir lo que realmente se piensa
Hablar mal
Hablar
Francisco Prados. Tiempos tremendos. SIAL, 1998.
¡El ozonopino! Evocadora máquina del tiempo.
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