Recito
en un bar para tres amigos
que
no han venido a verme
y
menos aún a escuchar poesía
sino
más bien a consumir y a olvidar,
recito
en una sala para diez personas
que
no conozco enganchadas a la metadona de su móvil,
leo
en una Jam para ocho poetas
que
repasan sus papeles de imputados
antes
de coger el micro con forma de pene
y
hacer su declaración pública
y
sentirse maravillosos durante cuatro minutos,
declamo
por invitación para once mujeres
que
han venido a un garito a conmemorar,
a la
celebración del día de algo femenino
y
por sus caras sé que buscan pareja y o amigo,
y
les he preparado unos poemas de desamor
como
invitación a que me pidan amistad en facebook,
en
el muro ese, cuelgo cada día versos que se me ocurren
y al
llegar la noche repaso los Like con
cara de gilipollas,
me
invitan a una librería y recito absurdas brevedades
mientras
me miran desde las estanterías los más grandes,
los
mismos en el mismo lugar que hace siete meses
saludé:
¿Qué pasa Lizano? ¿Cómo va todo Riechmann?
- Ei
tía, te veo muy envejecida Alejandra...
-
Hombre Javi,
si
me comparas con esa criatura del Marwan...
Ya
te digo.
Y
hoy, me han propuesto leer en un instituto para treinta
alumnos,
he
recitado lo que me ha dado la real gana de unas y otros,
y al
acabar, algunos se han acercado con temor para decirme
más
o menos entrecortados que acababan de descubrir la
poesía.
Emocionado,
sonriente regreso a la casa.
En
la radio del coche dicen que han detenido a los primeros agitadores de masas
aplicando la nueva ley mordaza.
Qué
poco me queda ya para pisar el calabozo.
- ¿Quieres seguir recitando conmigo?
Cada vez que adquiero un libro de poesía, tengo la sensación de estar rescatando una patera del menguante mar del libro.
ResponderEliminargoogle 3052
ResponderEliminargoogle 3053
google 3054
google 3055
google 3056
google 895
ResponderEliminargoogle 896
google 897
google 898
google 899
google 900
google 1007
ResponderEliminargoogle 1008
google 1009
google 1010
google 1011