Florece
La vida
Eternamente
Una vez al
año:
Hoy
Sabiduría de Dios:
Oye los consejos del riachuelo
Y de la mariposa
Dios no sabe lo que hace
Pero a veces sus errores
¡Son tan extraordinariamente
magistrales!
Nace
A la orilla
del agua
Un árbol
Es Dios
plantando una palabra
En la
Tierra
Tu cara
Frente al
mar
Es una
confirmación
De que el
universo
Lo
hizo Dios
Caminé por un sendero
Solitario
Iba solo contigo
Mis abuelos
plantaron un árbol
para
sombra
Mis padres
lo cortaron
para
mesa
Yo he
plantado un árbol
para
pensar en ti
Vi una flor
En mi
jardín
Y fui a
avisarte
Ya
lo sabías:
Eras
tú
Contemplando
el valle
Tuve un
deseo extraño:
Ver tu
sombra
Una pisada
en la nieve:
Es tuya
Porque
deseo que sea tuya
Tu ropa no
es tu ropa
La que eres
tú
Va vestida
por dentro
El aire se
detuvo en seco
Los pájaros
enmudecieron
Se
empalidaron las flores
Porque dejó
de suspirar
Un instante
Mi
amada
La vida
entera es un milagro
Dicen
Yo me
conformo
Con tu
testimonio
Mi jardín
está ansioso:
Le he
prometido una flor
Que casi
llega
El crepúsculo
Todavía brilla
De recordarte
En la penumbra
De un claro
de bosque
Veo sentada
tu ausencia
Pasaría la
noche contigo
Si no
temiera
La ira de
los dioses
La gente
mira el Monte Fuji
Que es
grande
Yo toco una
florecilla minúscula
Y te
respiro
Vino a mi cama
En sueños
Una jovencita desnuda
Entendí algo que no
entendí
Prometí vivir, amada,
Mientras tú vivas,
Como las piedras del arroyo,
Y he de cumplirlo
Hasta que el agua de la nieve
se seque
Conchitas blancas
recogías en la playa
Quise ayudarte
Se rompían en mis manos
Ellas buscaban la seda
de la almohada
de tus dedos
Un año juntos
¿Para qué?
Vimos crecer un sauce
Dante Medina. En: A ojo de buen diablo. Poesía completa (1972-2018). Ed. Amargord, 2019
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
No hay comentarios:
Publicar un comentario