2
Desde aquí te lo digo,
la mejor inversión es lo que veas día a día.
Lo peor…, está claro,
no tener a nadie que te explote.
Y que no te aburran la oreja.
3
El día de la huelga general
trabajamos como cualquier otro día,
eso sí, con la luz baja,
y, cuando llamaban,
salíamos con cuidado a ver
quién era,
y, si le conocíamos, le
dejábamos pasar.
Adelantamos bastante faena y
todavía
queda mantel.
4
Tras la misa,
como
pisando
huevos,
sin mirar ni nada
me voy para mi casa
inmediatamente.
El mundo está perdido
perdido.
16
¡Ay, granuja, granuja!
Te traigo
unas piernas de los chinos,
que las venden
baratas.
¿Ya pintaste la iglesia de tu pueblo?
¿Es el nombre que tiene
o es el nombre que tú le das?
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