per al meu germà David Castillo
Ellos
iban al frente porque así lo decía la caja de reclutas
o
el padre en la cárcel, o la familia hambrienta,
pero
nosotros nos lanzábamos a la muerte
porque
llevábamos un mundo nuevo en nuestros corazones.
Ellos
tenían aviones,
nosotros
alpargatas.
Ellos
tenían ametralladoras,
nosotros
trabucos de la guerra de la Independencia.
Nuestra
lucha era a todo o nada,
pero
la de los ellos era peor
porque
ganaron para devolverles el poder
a
los que lo han tenido siempre.
En
el fondo me alegro de haber perdido la guerra,
si
hubiéramos ganado
nos
hubiéramos vuelto tan fachas como ellos.
Tampoco
la ganó Franco,
se
la ganaron los comunistas,
si
no llega a ser por ellos
no
hubiera aguantado en el poder tantos años.
Franco
decía que su mejor obra había sido la clase media,
y
como una sociedad yonqui del consumo
lo
único que quiere es abrazar al enemigo,
nunca
más nos volveremos a liar a tiros
mientras
se pueda consumir.
Ya
no quedan ideales.
Algún
ideal sí hay,
la
gente aún está dispuesta a morir
por
salvar el cáncer del capitalismo que nos está matando.
También
saltando desde el balcón a la piscina del hotel.
Alto
ideal es ese, sí.
Solamente una cosa supera a las grandes superficies capitalistas del consumo: la estupefaciente superficialidad de los consumidores/as que las abarrotan.
ResponderEliminarSalud, Antonio.
La gran metáfora de la noche de los muertos viventes...
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