documentos de pensamiento radical

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viernes, 23 de septiembre de 2022

El tiempo que se pierde




 

Si rezas lo bastante serás perdonado,

dice el de las manos con olor a lavanda.

Y rezo, pero no sé qué es bastante.

Rezo mientras camino a la clase

para que no me pregunten 

la lección de los Reyes Católicos.

“Al estrado: ¿de quien era hijo

Alfonso de Aragón?”

De su padre, seguro, pero no lo estudié,

he rezado muy mal,

o mi pecado debe ser terrible.

Rezo más.

“¡Come y no pienses en tantas musarañas!”

dice mamá, ignorante.

Las madres no saben las angustias de un niño.

El coche negro para, bajan guardias civiles.

Rezo: ¡Que busquen otra casa!

“¿Está tu padre?”, dicen.

No he sabido rezar.

“Abuela se nos muere, una inyección la salva”.

Cuesta una fortuna, la vende un estraperlista.

Para el entierro no hace falta lo negro,

ya todos viven negro.

¡Y mira que he rezado noche y día! 

Lo de ser perdonado no lo entiendo, 

¿que he hecho mal, masturbarme?,

pero si no lo hago me avergüenzan las sábanas, 

debo ser perdonado de otra cosa.

Rezo hasta el Credo, 

ese de la silla donde se sienta Dios

a la derecha de la silla de Dios, 

aunque Dios es eterno e infinito pero dos, 

siempre sentados como el tonto de Paquito el Tonto.

No rezas lo bastante.

La prima de mamá ha venido del pueblo.

Viuda, lo dijo un telegrama 

de la Modelo de Valencia,

debe ser un comercio o quizá una pensión.

Huérfana de madre, dicen que de una coz.

El niño tuvo fiebres y también murió.

La niña sin cabeza se tenía que morir

por divina piedad de la Virgen,

de las Flores, creo que se llama.

Hay tantas Vírgenes para rezar 

que hay que estudiarse bien cuál es más milagrosa.

Los pueblos pobres las tienen perezosas,

los famosos, como una de Fátima, 

es una maravilla, pides y da,

cuando sea mayor yo tendré coche 

iré a Fátima y preguntaré por el padre del rey de Aragón,

y de camino rezaré por todos los por si acaso.

Mamá llora por su prima solitaria y pobre.

“Estoy bien gracias a Dios”, dice ella muy alegre.

¿Pero cómo está más alegre que mi madre

si ha ganado todos los premios de desgracia?

¡Gracias a Dios!

¡Vete a jugar una partida de ajedrez, Dios, 

idiotizas a esta pobre gente!

Yo le tengo que preguntar cómo se reza,

pero ha de ir a limpiar pisos 

y luego ver qué puede comprar para la cena.

Me doy cuenta de un descubrimiento:

el problema de ser pobre es que te ocupa todo el tiempo,

yo de mayor no querré hacer nada nada.

Pero no rezo lo bastante,

ni rezaré ya,

me he perdido leer tebeos de Milton Caniff

por rezar.

Ya dudo que eso sirva para algo,

más que yo no ha rezado nunca nadie.

Por eso pienso cosas raras ya.

Por ejemplo, que no soporto a Falla, 

qué horror de música, 

si oyes antes a un tal  Boccherini, 

y no digamos a Vivaldi. 

Son ideas que me vienen por una razón:

¡porque ya no rezo lo bastante!

Por eso pienso

que así como unos que no rezan nunca

prohibieron a las chinas tener los pies vendados 

nosotros podíamos prohibir 

tener vendada la cabeza.

El arte exquisito de los españoles

para crear lo pésimo

se podría corregir sin rezar tanto.

¿Se podrá rezar para que no se rece tanto?

Pero es que Dios, tanto tiempo allí sentado…, 

sordo como una tapia

o porque se ha sentado al final del Infinito.

En España lo solucionamos con sustituciones, 

en lugar de tanto Dios, Vírgenes. 

Hacen más caso y hay miles. 

Pero si quitas un clavo a la herradura de un caballo

¿no pierde la batalla el rey

y también pierde todo el reino?

¿Dónde tendrá el Papa su herradura? 

No me harán perder todo mi tiempo

pensando que rezar me salva de nadie dice qué, 

si hay un mundo inacabable aquí delante

y eso con la magia que llaman el destino,

que es justo lo que encuentras 

cuando eliges el camino

que te conduce

a dejar ese camino.

Yo no quiero salvarme ya de nada,

sólo buscar caminos 

solo,

y lo que quiero es robar,

un higo de la higuera,

una manzana, 

un beso,

un lápiz, 

y también un papel blanco o una bomba,

son lo mismo.

 


 

DE ANTOLOGÍA BILATERAL: Poemas del Instituto.

Antonio Santos Barranca.

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