Preguntas
El silencio de
su alma 
mata mi sonrisa
al ver mis ojos
su rostro
callado.
Su cuerpo se
mece
a duras penas,
al pasarse a su
cama
sigue con su
desdén.
Cómo darle mi
vida 
para que su pena
sea leve.
Su nobleza
abundante
no lo
permitiría.
Los días
transcurren,
su mirada baja
su belleza
apagada.
Solo sonríe
olvido las
carcajadas.
¿Será que está
enamorado?
Me asusta saber 
Su pena.
Bondad
El regalo más
amado 
sigue firme en
mis recuerdos,
aquella cama
donde
descansaban mis huesos.
En su hombro
yace por siempre
mi cuello.
Mi espalda sobre
el colchón,
relajada junto a
su cuerpo.
Mis manos
amarradas a su alma 
tocaban su
corazón,
sobre su pecho,
sintiendo sus latidos
a un ritmo
perfecto.
El silencio de
la habitación 
cómplice de la
oscuridad
escoltaba
nuestros cuerpos
al mecerse con bondad.
Alas  
Un hombre
imperfecto,
al que es fácil
amar.
Sus palabras 
me hacen soñar.
Sufre a mi lado 
cuando tengo
dolor
y ríe cuando veo
el amanecer.
Me ofrece su
mano 
al subir, 
sabe que si
resbalo 
él caerá junto a mí.
Clavos 
A punto de caer
y 
unos cuantos
agujeros,
las armellas y 
las roscas
desechas.
Los tornillos 
afean más tu
estampa.
Con voz firme
taladro, 
con orgullo te
levantas.
Qué importa…
si los dos nos
tenemos.
Tus dedos y los
míos 
están
entrelazados,
construyendo el
refugio
de nuestros
cuerpos.
 

 
Antonio Orihuela
ResponderEliminarY lo vi,
Bondad en su cara
Blanco su cabello,
Su ropa y fresca
Su esencia.
Sonrió y mire
Su alma
Que reflejó
En su mirada.
Mi pregunta
¿Quién es él?
Obtuve la respuesta
Al momento.
Llegó de otro País
Lejano a mi tierra.
Lo conocí ayer
Lo escuché hablar.
Hoy fue especial
Escuche de su ser
Poesía, amistad,
Y otras tierras.