¡Cállate, no grites!
¡Deja de amenazar!
Olvídate de plagas y de maldiciones.
De sacrificios y desmembramientos.
No bendigas la mutilación.
¡Deja en paz los genitales!
Cree en Ti,
pero no Te creas El Único.
Sé más humilde.
Controla tu dejadez de funciones.
Trabaja un poco y no delegues tanto
ni en charlatanes de feria,
ni en psicópatas, ni reprimidos
ni en infanticidas, ni en violentos.
Y mucho menos
en crueles locas mojigatas.
No te reveles en libros
que puedan ser falseados.
¡Dale un repaso a tu política de comunicación!
Sé un poco más claro
no te confíes a hermenéuticas espurias.
No.
No externalices tanto.
Haz tu trabajo,
mueve tu culo inmaculado
y haz milagros de calidad.
¡Cuida el producto!
Revela un número futuro
a un pobre de espíritu.
Por ejemplo.
O multiplica cosechas
o fulmina poderosos.
Regala tus imágenes y oropeles,
calma las olas y las tormentas.
Y los niños...¡Por Dios, haz algo con eso!
¿Cómo permites que sufran?
Si te hicimos a nuestra imagen y semejanza...
¿cómo te atreves a no tener corazón?
¿Cómo osas?
Acaso
¿no eres nuestra madre y nuestro padre?
¿no te conmueve su quedo llanto?
Tú,
que te comportas como una criatura
¿cómo puedes ser tan mala madre?
¿Cómo te atreves?
¿Cómo te atreves?
¡Qué ejemplo nos das!
No pidas hijos en sacrificio
no hagas bromas pesadas con eso.
¡No tienen puta gracia!
¡Ni puta gracia!
No mandes al Tuyo a que lo claven a un madero.
No lances arcángeles a confundir
a alumbrados con armas,
a defensores de libros sacrosantos.
Ni bendigas tribus errantes,
ni sacralices rocas
o ríos.
¡Déjalos tranquilos!
¡Déjanos tranquilos!
Por Dios, déjanos tranquilos.
Vende el infierno y el purgatorio
o traspásalos como after hours,
como spas, como saunas.
Ya no asustan a nadie
y
tienen buen mercado.
Tú,
tú tampoco asustas a nadie
ya no asustas a nadie
y nuestra paciencia tiene un límite.
Te perdonamos
únicamente,
solamente,
porque no sabes lo que haces.
Aurelio Alonso.
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