Algo más.
El milagro de los panes y de los peces, he ahí un milagro ridículo. ¡Si hubiera sido alimentada la muchedumbre con elaborados platos de la cocina romana o griega de la época! Pero Jesús era un ser divino, excesivamente trascendente, y carecía de imaginación y de buen gusto. ¡Panes y peces!
¡Hacer comer a los miserables lo mismo de todos los días!. ¿Dónde está el milagro? ¿En la cantidad? Pero la cantidad no es más que un insulto. Este Jesús sólo hará comer bien a los obispos posteriores.
Las escasas mujeres a las que no les soy indiferente manifiestan hacia mí dos formas de conducta: o el instinto salvaje del animal en celo atraído por razones que mi razón no puede comprender o el instinto materno de quien quiere arrullarme, mimarme y protegerme como si fuera un niño desvalido que necesita ayuda. Quizá por eso eso Ana me ha dicho esta mañana en un momento de enfado que soy desconcertante para ella, una mezcla de rudeza tímida y delicadeza osada, literalmente un Jano bifronte dulce y agresivo, comentario que me rebulle en la cabeza hasta que la llevo a cenar y a poner punto final. Ella me habla de presentarme a su familia, yo gustaría hasta a los criados. ¿Qué ve ella en mí, detrás del enamoramiento romántico de lectora de Byron el dandy, de admiradora de Hamsun y su mitolo- gía del nómada, de intérprete amanerada de Chopin y de Mendelsson, de aprendiz de poetisa que me compone poemas en la noche…? “¿Por qué estás conmigo?” —pregunta, sabia. “Porque el noventa por ciento de todo lo demás es basura —le digo, antipático—. Es de Sturgeon”. Consumatum est. Al amanecer me despido, con gran facilidad: le cuento el suceso de la tortura, que me convierte ya para ella y su familia en imposible absoluto, y lo comprende y consigue evitar las lágrimas. Con amor. Ahora la casarán con el hijo de otro usurero como su padre, murciano o alicantino, que cada día se hace más rico prestando dinero a agricultores con problemas, con intereses medievales. Su destino es ser esposa de presidente de Diputación.
Antonio Santos Barranca. Diario nocturno en un país feo. Letrame Ed. 2024
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