Seguir
construyendo puertos –cuando apenas navegarán barcos; seguir construyendo
autopistas –mas apenas circularán vehículos; seguir construyendo aeropuertos
–pero apenas volarán aviones; seguir hormigonando suelos –cuando necesitaremos
toda esa superficie para cultivar y renaturalizar… ¿Somos capaces de asumir la
senda de descenso energético en la que ya nos encontramos?
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En el Café El Pilón, regalo mis dos diarios ya leídos a un señor que me preguntaba si eran ejemplares del local. Al ir a pagar el desayuno, agradable sorpresa: me ha invitado y pagó la cuenta sin decirme nada. Por gestos así uno se siente en Buenavista del Norte como en casa.
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Vivimos un tiempo de
rupturas, de enormes discontinuidades históricas, de crisis concatenadas. La
crisis climática nos sitúa ante la perspectiva de un planeta inhabitable (David Wallace-Wells). Y dado que es imposible
que las energías renovables puedan mantener el grado de complejidad de nuestras
sociedades, la crisis energética anuncia enormes transformaciones estructurales
y culturales. No sólo se trata del peak oil: habría también que
considerar lo que autores como Richard Heinberg ha llamado el peak
everything o peak all. Es decir, el techo de todo (materias primas,
minerales, tierras raras, agua potable, alimentos, etc).
Las
consecuencias de la crisis financiera que comenzó en 2008 fueron dramáticas,
como también las de las causadas por la pandemia de coronavirus a partir de
2020… y no obstante son poca cosa si lo comparamos con lo que está por venir.
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Dos
términos clave, dos palabras inglesas, condensan el cambio de posición de la
humanidad en el planeta Tierra, en la segunda mitad del siglo XX (esa fase de
la historia humana que solemos llamar Gran Aceleración). La primera palabra es overkill: capacidad de “sobremuerte” con
las armas de destrucción masiva. La tecnociencia pone a nuestro alcance la
destrucción de la entera especie humana ¡no una sino varias veces! (si tal cosa
fuese posible). Esta capacidad de destruir a un enemigo (o a la especie humana
entera) repetidas veces en el contexto de una guerra nuclear existe desde los
años 1950.
La
segunda palabra es overshoot:
extralimitación ecológica, debordamiento de los límites biofísicos del planeta
Tierra. La demanda colectiva humana se sitúa por encima de la biocapacidad de
la Tierra desde los años 1970-1980.
Metidos en la trampa: mantener funcionando las cadenas de montaje, mantener funcionando los buldóceres, mantener funcionando los hipermercados… Y para mantener funcionando la megamáquina del capitalismo, destruimos la Tierra.
Jorge Riechmann. En el fondo del valle ha muerto Jorge Riechmann. Ed. Baile del Sol, 2022
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