acercarnos a la luz
no para verla
ni intentar comprenderla
sino para vernos
para intentar reconocernos
*
Qué serenidad mirar lento,
continuo, siempre
el mismo paisaje.
Dijo el árbol.
El leñador oyó un susurro,
pero no supo de dónde venía.
*
Por qué ese empeño en ser
inútilmente,
cuando bastaría con estar,
como está la roca gigante
incrustada en la montaña
o como está el liquen humilde
incrustado en la roca.
*
pequeño petirrojo que vive en mi
pecho
sólo sabe decir sí
pero no se acerca
Eva Hiernaux.Nubes y Claros, seguido de Pájaro sin rama. Pliegos de la Palabra, 10. Ed. Babilonia. Valencia, 2013
Fotografía de Pepe Luzla. Amanecer camino a casa de Eladio Orta en Isla Canela.
me encanta el poema, pero me encanta porque este poema describe la ensencia de la poesia, que para mi no es mas que vomitar nuestros sentimientos al borde de un papel.
ResponderEliminarsi quieres leerme tambien este es mi blog
http://vicente832.blogspot.com.es/
Precioso poema, donde lo pequeño se hace grande
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