documentos de pensamiento radical

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domingo, 2 de febrero de 2014

UNA HORA, DOS COPAS, TRES RAYAS, ESTAS PALABRAS




Manuscrito realizado después de una ingesta rápida (tres rayas) de cocaína, después de comer, entre las seis y las siete menos cuarto de una tarde cualquiera, en estado de cierto nerviosismo y excitación.

En poesía, escribiendo esos garabatos que te gustaría quedasen como ideogramas, como pájaros verticales, como imanes donde descabalgar directamente 33333 de las monturas diversas, un cierto veneno mantiene el interés más allá de la historia que tratas de contar.

Bienvenido en auroras, he tomado tres copas, cinco vinos, tres cervezas y medio gramo. No tengo un pavo y son las seis de la tarde. Me dirijo a algún lugar, seguro del próximo consumo. Lo primero, son los recursos.
Eres preciosa, eres antigua y tu veneno me interesa más que la historia que contarme quieras.

Consigamos la aurora a esta hora de la tarde (por supuesto antes de empezar la noche).

Ya sé que esta situación es complicada ¿quién comprende los laberintos neuronales, intelectuales, sustitutorios de una persona que se ha metido tres rayas casi seguidas?
Voy a contestar, yo mismo.

Tan malo es drogarse como no hacerlo ¿dónde está la moral? En cualquier parte; es tan relativa como usted o yo.

Porque salir de noche es una forma de resistencia ante un mundo que se avecina, con su dominancia inútil, su vértigo guerrero, su mentira absoluta, su injusticia cotidiana y avasalladora…

Diferencias, imágenes. Solo se que después de la iluminación aparece el tío Paco con las rebajas, que los corderos se desenmascaran resueltos en lobos y la energía universal nocturna se repliega por lo bajo porque es puta y no admite a los felices ni intromisión alguna, el día no quiere sino al animal de carga, el buceo olímpico de cada mañana.

Alcohol, madre droga, se pasa por el forro la voluntad, la subjetividad y todo lo que es y no de más.

Arte, iluminación con ñ, continuidad a saltos más allá del corazón, la inteligencia y la verdad (donde pone corazón, léase emociones) apostando de rodillas, muchas veces con la lengua fuera, por la belleza.

Caballo ganador
Tu propio centro
La verdad
Cualquier cosa

Mejor, peor, dinero, contratos, sumisiones voluntarias, involuntarias, brrrrrrrrr. Zrrrrrrrr, no.

El mar, el enorme océano inabarcable de la verdad es mentira, apenas una mala metáfora, como tu sonrisa.
    
No es lo mismo que venga cualquier suceso que nos compete, que sentimos, deprisa, que lo haga con lentitud que a turbamulta, está claro, pero no nos pertenece dirigir nuestra vida, esto es lo que hay, como mucho ojanas bellas, estadísticas, aproximaciones o no. Un clima (a modo de camino) de distancia.

Hemos creado un mundo más que bello, pleno en gracia, lo que me hace recordarte, Paco, Almazán de apellido. Lo que buscabas estaba, como no podía ser de otro modo, muy cerca de ti, esa amante bailarina, estaba con nosotros, lo siento por ti, desde el principio.

Ahora que la belleza se ha ocultado, porque no se necesita, ahora que la música trastorna nuestros oídos con su vulgaridad, ahora que los locales son grises y no corre por la barra una sola idea, ahora que el baño está limpio, ahora que no estás dime que estás pendiente, loca de amor por mí, que por eso mismo, te vas continuamente con cualquier otro, raya de mi vida, raya de mi corazón, que no se acabe nunca la papela y tampoco nuestro amor.

Esta es la última, siempre es la última, tan mentira  como que es imposible llegar a la hipotética casa antes de las siete de la mañana, borracho y lleno de amor.

Te espero, no me importa, te tengo fe, creo que vas a tener una niña mía, lo sé muy bien porque se te pone un rictus, con mis borracheras, un rostro semejante a una mujer, que cuando era niño, soñé.

Que sepas que mis sueños son mis hijos más queridos, siempre y cuando dejen de ser sueños, y se conviertan en pensamientos, en proyectos de acción, en realidad repetible, en eficaz tormento, en uso, en cosa.

Ya no es como antes (gulp) primero el sueño, luego el trabajo, luego la conquista, ahora primero pienso, después, no sé muy bien por qué, quedan cumplidos del todo. La verdad es que no sé distinguirlos, se me juntan como niños maleducados.


¡Qué momento!, diría mi vecina, o cualquier borracho de segunda. ¡Qué mala economía tiene la gente! Que cuando llega a tener lo que se le olvida primero es que primero es ser.

Ya bajo las escaleras que es lo primero que hay que bajar, con orden, con buen rollito, que el baño espera, que la puerta se cierre, que la papela se abra, que quede mucho, que sea muy buena, que obtenga felicidad y estas palabras sean de más, lo primero es lo primero y besarte con todo es felicidad.

Y ahora vamos deprisa, como no me gusta, acelerado y enfadado como siempre, borracho pero contento, quizá responsable, desde luego, drogado, esto último como estigma, y no que busco y necesito iluminación y tus besos, palabras que convoquen el cielo de tu boca, estar dentro y junto a ti de esa manera que ambos sabemos, que no necesite más y tú tampoco, que no existas ni seamos dentro de esta decoración de casino de este bar del prado que van a derribar mañana y estas sean las últimas rayas que juntos, aquí, hemos tomado.

La gente muere de hambre, nosotros nos comemos lo que les falta, nos vestimos para hacerles más desnudos, necesitamos una nueva Roma inversa, una paz romana inversa, necesitamos del mundo rosa, necesitamos no pensar más en la historia como poder y sí entender la historia como civilización, por qué amarte es una conquista no de un poder, sino un regalo que me haces para que sea en mi, belleza.

La energía de los supuestos e invisibles espíritus cuando se desenvuelven voluntaria, esforzada e intencionalmente, respetando la salida a la luz del lado oscuro, crea la belleza.

Estamos ante un genocidio universal producido por los mandamases, ayudados por los economistas que han obligado a sus poetas a encerrarse en guantánamos espirituales, para su poder sin gloria, para su riqueza y nuestra muerte universal, amén.

El océano de amor universal está escondido en un pequeño pliegue de tus labios. Dámelo una y mil veces.

El espejo del mundo es la palabra. Un problema especular del que salir no se puede. No importa. Salir de noche ahora que es ahora siempre ha sido en Madrid un ejercicio, y una forma (artística, por tanto) de resistencia ante el poder establecido: políticos, decretos, leyes, órdenes, regulaciones y todas esas mentiras que se dicen para salir a diario en la televisión y seguir llenando sus arcas y egos con nuestro fracaso. Yo, repito, me dedico a la noche. Ella es mi amante y compañera y tiene sonrisas y felicidades suficientes como para llenar en mi mil y una vidas.

Vale




 José Mª. de la Quinta. Blanca Doble (los cuentos de la cocaína). Ed. Amargord, 2007



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