GIRÁNDULA
VII
Tiempo de uvas que nace inesperado,
diccionario de razones que sienta
cátedra sin pies,
catedral sin santos repleta de
peregrinos ateos.
Alud de panteras que llega a la
bahía, una peluquería
que solo peina maniquíes de
plástico.
Un aula de enseñanza primaria
repleta de niños autistas,
unos padres ausentes, un anciano
que hoy pretende partir.
Muertos en accidentes en la
carretera cada fin de semana
y una madre que no asiste al
funeral porque se desvanece.
La región ardiendo y los hinchas
encerrados en el salón,
cerradas las ventanas para que no
llegue el olor a quemado,
para no sentir peligro, para no
sentir.
No soy el ruido, aunque él me habita
con la música interna
de mis vísceras, su maquinaria y el
bombeo del órgano rojo
que me pulsa.
No soy el ritmo de un poema aunque
me arranque del asiento
con sus sílabas en danza, no soy
joven ni vieja, no soy tierra
y vivo en una casa de cartón.
No soy el ojo de dios, ni el
vórtice de un huracán.
No soy tuya, ni siquiera de mi
padre y de mi madre,
no soy tu hermana, ni tu mujer,
tampoco soy tu musa.
No soy rubia, rusa, rabiosa,
rimbombante, radiante, nórdica,
novia, nadie, nubia, no soy
neandertal.
No soy tú, no soy yo, ni estúpida,
ni ignorante, ni crisálida, ni razón.
No soy lo que buscas, ni quien lo
busca, ni pensamiento, ni cuerpo.
Ni los pechos inasibles, el
meteorito, el abismo, el hábito o el monje.
No soy el amor, la serpiente, la
salvación, la savia.
Ni lo bueno o lo malo, la belleza o
la fealdad.
Soy un oído que escucha sigiloso el
sonido de tus pasos.
Soy materia que corre hacia un
abismo de luz.
Acaso solo sea un poco de agua.
VIII
Quedan diez
minutos para coger el autobús,
diez minutos para llegar a tu casa,
abalanzarme sobre ti,
para una lluvia de estrellas,
para que se estrelle un meteorito,
firmar un convenio,
para un disparo,
para la boda,
firmar el divorcio,
diez minutos
para subir al escenario,
para comprar, estrenar,
dejar de estar sola,
diez minutos para morir,
acabar una tesis,
empezar un prólogo,
para que nazca un niño,
escribir un poema,
para la migración de la mariposa,
completar la hora de tu sueño,
seguir respirando,
sentir el sol irisar esta noche.
Para subirme a
un árbol,
diez minutos para saltar.
Teresa
Ramos
Del libro de poemas “Sabe la noche”
I Concurso Noches Poéticas Bilbao 2015
Editorial L. U. P. I.
La Única Puerta a la Izquierda
Dibujo de Matilde Granado Belvis
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