Menú
de la casa
En
el mismo momento en que aprendimos
a
pronunciar retrogusto
los
retrógrados comenzaron a afilarse las manos.
Cuando
dijimos maridaje
los
colmillos brillaron en sus bocas.
Mientras
sabíamos de cava, champán, añadas y destellos
nos
clavaban poco a poco la deuda soberana.
Al
final
cuando
los gin tonic`s
se
hicieron con pepino y fresas y agua tónica del subcontinente
puse
mis barbas a remojar
e
intenté escabullirme
sin
que me rozase
ninguno
de esos güisquis ahumados de 32 años.
Y
es que nos creímos como ellos
pero
no somos tan hijos de puta
y
eso al final
es
lo único que cuenta.
Fallo
del sistema, no, no somos demócratas.
Desde
la noche de los tiempos
han
muerto
los
rebeldes
a
manos de los poderosos,
si
miro atrás
veo
que
mientras el campo andaluz
se
declaraba en insurrección
algunos
ya preparaban
sus
actas de diputados
eso
sí,
de
la izquierda.
Cuando
los votos no les bastaban
se
metían
en
revoluciones
de
las que desertaban al primer tiro
y
los
anarquistas al garrote
a
la
mazmorra
a
la desaparición.
Y
otra vez elecciones y otra
y
una vez más
y
la
culpa era de los anarquistas
por
no creer en ese sistema
por
querer un mundo mejor
la
culpa era de los anarquistas
y
por
eso
les
mataban
por
la calles de Barcelona
se
les aplicaba la ley de fugas
se
les
fusilaba
sin piedad.
Y
en el 36 no se hizo
campaña
por la abstención
pensando
en los presos
doblando
la cerviz posibilista una vez más
y
ganó la república
y
perdió el pueblo.
Y los anarquistas volvieron a ser perseguidos
mientras
los diputados
eran
eso,
diputados.
Y
en la sublevación
con
Barcelona en manos
del
proletariado anarquista
es
entregado
el poder
a
quien no lo merecía
y
por
la guerra
vimos
ministros anarquistas
pero
qué malos estos anarquistas
y
las
columnas anarquistas se diluyeron en el ejército
y
los
diputados
huyendo
de
Madrid
huyendo
de Valencia
huyendo
de España
pero
qué malos los anarquistas
por
querer la revolución social.
Y
después la derrota
trabas
delaciones
en
fin
ni
maquis
ni
resistencia.
Los
únicos que denunciaron la trampa
de
la
transición
fueron
los
anarquistas
así
que
había que volver a eliminarlos
y
vaya
si lo lograron.
Y
a
votar
y
callar
a
votar
y
callar.
Carteles
cuadrados pidiendo el voto al pce
gran
alegría de esa izquierda
y
los
otros comunismos diciendo que sí que no
pero
presentándose por si acaso.
Y
cuando la cosa no funcionó
y
se
juntaron en izquierda unida, que se deshace
por
el poder
y
salen
izquierdas alternativas, corrientes rojas y más rojas
y
siempre
hay algún diputado
pero
no
cambia nada
y
los verdes
quisieron
ser políticos
y
se arrimaron
se
juntaron
se
dividieron
sobre
todo se dividieron
y
todo para nada.
Y
una primavera se quinceemea
se
quinceemea
y
parece
que por fin
tenemos
modo
de enfrentar
al
sistema
sin
diputados
sin
escaños
sin
votos
pero
las
traiciones
los
emboscados
los
preparados
los
ascendidos
y
apoltronados
se
arrimaron al poder
y
la
gran esperanza fue
entonces
equo
viva
equo
y
se esfumó
como
radiactividad caduca
y
anticapitalistas
llena
de retales de comunismos añejos
se
infiltra
se
filtra maneja
se
propaga
se
propaganda.
Y
ahora
alguno quiere ser
diputado
pero
como sin ganas
si
se lo pedimos
en
suficiente número
y
con
enorme fervor
y
mejor
eurodiputado
que
es
más
diputado
y
grita
podemos
podemos
tener
un diputado
podemos
tener
dos diputados
y
yo
no
puedo parar
de
pensar
en
lo parecido que
es
podemos
y
jodemos.
Tonto
útil
Siempre
señalando a tanto
tonto
útil
sin
darme cuenta de que yo también lo era.
Lo
he sido cada
vez
que he agitado las manos sobre mi cabeza
en
señal de aplauso y aprobación
y
lo he sido
cada
vez que he recorrido
las
calles gritando
sí
se puede
no
nos representan
no
hay pan para tanto chorizo
o
cualquiera de aquellos eslóganes
que
creí espontáneos
arrebatadores
pero
estaban diseñados con la máquina
de
consignas
al
igual que cuando repartían
rotuladores
para
escribir
la
revolución no será televisada
mientras
redactaban
los guiones de las
tertulias,
los programas, las entrevistas
tan
vistas
y
lo he sido al creer en
la
espontaneidad de la algarada
sin
ver que todo era
un
experimento de académicos
empoderados
y
de
mueca torcida
he
sido un tonto útil
como
otros miles y miles
hoy
lo
tengo claro
al
recitar una lista de candidatos
a
no sé qué
y
confirmar mis sospechas
de
forma demoledora
en
esto también
todo
estaba atado
y
bien
a
t
a
d
o.
Felipe Zapico. Muros marcados con tiza. Ed. Amargord, 2016
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