Sepsis
En este maravilloso mundo
te dejarán morir si no tienes dinero,
vejado como vejan a un perro,
aislado como aíslan a un preso,
segregado como segregaban a los negros,
despreciado como desprecian a un memo,
meado como se mean los niños pequeños,
presionado como presionan a un histérico,
expulsado a la calle
donde nunca se cumplen los sueños.
Si no manejas dinero
mejor que no te pongas enfermo.
Capitalismo, ¡ay, por ti muero!
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Somos sentimientos
y tenemos seres humanos
Estudia mucho y llegarás lejos.
Los torpes se aíslan por sus complejos.
Sé fuerte y nunca mires al suelo,
sobre todo viajando en helicóptero.
Salta antes que tus compañeros.
Alguno querría verte muerto.
Conduce, por favor, con cuidado
o taparás los vestigios con pelo.
Así que no hagas como tu abuelo.
Pisotea cualquier estatuto.
Prohíbe los referéndums.
Acentúa tu carácter disléxico.
No hace falta que registres nada
especialmente el oscuro dinero.
Mantén con tiritas la unidad de España.
Ni se te ocurra ponerte faldas.
Mucho menos en público dar besos,
y a tu mujer, a la que menos.
Menudas juergas te pegabas en los congresos.
Ya dijiste adiós a Daniel y a República Dominicana.
Y a ir en barcos... bueno, de éstos mejor no hablemos
porque entonces todo se cubre de negro.
Hilos como puñetazos surcando el océano.
Persona non grata en tu propio pueblo.
Memo.
Lelo.
Borrego.
Lerdo.
Zoquete.
Majadero.
Necio.
Pusilánime.
Como todo tu pueblo.
Humillado por ladrones.
Por mentirosos y cobardes.
Una banda criminal dirigida
por tu puño y letra,
letra que
ni tú mismo entiendes.
Pedazo de memo.
Eres el buscón de Quevedo.
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Unas finas líneas de cal viva
Cada hombre acarrea su estigma.
Tú machacas unas finas líneas,
unas finas líneas de cal viva.
Tú consigues esnifar la moral,
decir a humildes qué está mal
anclado en un yate en el mar.
Decepcionados soflaman los que durante
cuatro años no se preocupan por máscaras,
aquellas personas que no fueron aniquiladas en reconversiones en décadas anteriores,
en voz baja traicionan a los que fueron educados en el uso de las armas.
Las ideologías fueron entelequias para clasificar carne de cañón en distintas divisiones.
Todo es más fácil de ejecutar en el interior de las guerras de colores.
El peor representante del pueblo
ante enfervorizados ingenuos,
hijos de una guerra entre hermanos,
mantiene el carisma intacto,
jaleado por los que recibieron un puesto.
Mantiene un rostro de acero
incorruptible bajo cal viva,
avariciosa senectud lasciva,
esa sonrisa asesina.
Elección de color que chirría.
El agente mejor formado de la CIA.
Ponte otras dos líneas de cal viva,
distribúyelas con pericia
con tus dedos culpables y la tarjeta recompensa
por haber desmembrado seres humanos en mil partes.
Tánger será el refugio del campamento base.
Las serpientes mudan jirones de piel y los ocultan en finas líneas de cal viva.
A pesar de la discreción inherente
tus ojos brillan y no mienten.
Las cortinas de humo ya no sirven,
Franco y Nixon están muertos y asimismo el acuerdo,
pero el daño ya está hecho,
el águila otea al acecho.
Con un billete de cien dólares enciendes el habanero,
la doble vida de la burguesía,
la connivencia silenciosa de los fascistas.
Pablo Fernández. Hacer que el ruido sea maravilloso de nuevo. Ed. Reflector. 2017
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