A Tomasa Meco, in memoriam
Mi madre me enseñó a bordar:
el dedal en el dedo corazón,
usar el hilo en hebras cortas,
me enseñó a hacer vainica doble
y a ordenar la vajilla de porcelana:
primero las bandejas,
después los platos y las copas.
Mi abuela me enseñó a planchar:
el pañuelo de niño se plegaba
en un triángulo, como el de soltera,
solo el de caballero se plegaba
en forma de rectángulo.
–Entonces eres hija de una buena familia.
–No, soy la hija de las criadas.
En: Voces del Extremo: poesía y escucha. Valencia, 2017
Ilustración: cy twombly
No hay comentarios:
Publicar un comentario