LA CHICANO
Aún la amas
y no puedes decírselo,
cómo decirle
que convive en un piso de alquiler
con un
compañero que está loco y aún la ama,
un compañero
que se pasa las noches en vela
revolviéndose
en el colchón,
llamando a
la sangre.
AHORA SÍ, CHICANO
Puedo
mirarte a los ojos
sin perderme
en una galaxia desconocida.
UN TIPO CANINO DE LARGA MELENA
Está canino
y luce una larga melena. Cree verse y tiembla, está solo en el espejo. Sin
café, sin lectura, sin un cigarrillo que llevarse a los labios, sin nada en el
estómago, pues no hay nada que llevarse en estos días. Ha perdido su empleo y
está a punto de cortarse la coleta. Apenas puede respirar. Está allí, solo en
el cuarto de baño, ante el espejo. Un espejo en el que cree ver sus ojos, en el
que cree ver los ojos de Johnny, los de Nadia, en el que cree ver todos los
ojos que han venido hasta esa casa para ofrecer su luz y unos pocos brindis.
Ojos que se fijan sobre sus propias pupilas mientras una lluvia de pelo se
precipita sobre el lavabo. Ojos vidriosos repletos de sangre y de vida
derramándose sobre un manual de supervivencia. Sus ojos. Sus ojos fijos sobre
los tuyos mientras piensas en lo extraño que es pertenecerse, mientras piensas
en todas esas nubes alejándose, mientras te preguntas si estas son tus córneas.
Víctor Mesa. Poemas rescatados de las llamas. Ed. Piedra Papel Libros, 2017
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