MEA CULPA (QUIMERAS
SOBRE PASAJES ANTIGUOS)
I
De niña no quería
golpear mi pecho
pensaba
que los puños debían abrirse para el aire
extenderse en águila
arar la tierra con la libertad del cuerpo.
Los indios intentaron
redimirse en 1526
según
lo dictaban los franciscanos.
Había un mal por cada
oficio:
artesanos,
médicos, curanderos
Los pecados se
inventariaron.
En la mente dorada cabía
la flor
un universo de universos
pero quienes
sintieron pavor clavaron el nombrededios
sobre el barro de los ríos
americanos.
Un malviaje se
pronunció, trueno de una supuesta voluntad divina.
Pero algo de divino
hay en esta grey
que amasa el pan con los continentes
mientras la religión
se pierde en las migajas de la historia.
II
Puedo sumergirme en
quimeras ahora que se aspira frente a una flor apagada.
Recrear cómo enunciaron los cantos más auténticos
mientras brotaban
con sus bellezas solares
al primer guiño del
trueno.
Luego estallaron
contra una roca:
sus voces fueron
meteoros de eras golpeadas.
Entonces nos volvimos
los más apocalípticos
los más temerosos,
los más.
Sin embargo
ya habían cultivado
la certeza
en sus visiones, en
sus polvos continentales, de pertenecer a lo infinito.
Ya florecía la
certeza como una estrella gigante
que iluminaba
trayectoria de tierra y de orbe.
Ya florecía la
certeza
y comenzaban, un poco
a
volar.
CONFESIÓN
He amado
a los poetas floridos
porque
insisten en que uno viaja sobre un relámpago:
Existencia.
MAGO
Tomas mi cuerpo
como
el cetro que ordenará
la aparición
del mundo.
TIERRA LÚCIDA
En una tierra sin sombra
que brillaba por sus
propios minerales
me
pregunté
por qué la tarde
estaba dentro de mí.
Si
he crujido
como el hielo
en momentos torturados.
Supe
entonces
que soy todas las crestas solares
y que vivo en la condena
de mi cuerpo.
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