CAPRICHO Nº 16.
DIOS LA PERDONE, Y ERA SU MADRE [1]
Manuscrito de la Biblioteca
Nacional: Una
hija viciosa que se echa a puta, luego no conoce ni aun a su madre que anda tal
vez pidiendo limosna.
INTERCEPTADA
por su oblicuidad
no quiero escuchar esa voz en sombras.
Yo soy luz. Me vuelve la cabeza del revés; con sus
consejos, me lanza sobre el estrave de un pasado que mi carne ya conoce. Yo
quiero asir el perfume que sin duda me pertenece. Desde el sueño se enciende la
línea de demarcación entre lo que poseo y mi consciencia y lo que no soy es ese
rostro curtido por la noche, esa mascara de mí cómodamente instalada en la
pérdida, en la decepción de la existencia.
CAPRICHO Nº 17.
BIEN TIRADA ESTÁ
Manuscrito de
Ayala: No
puede haber cosa más tirada por los suelos que una ramera. Bien sabe la tía
Curra lo que conviene estirar las medias.
¡CON QUÉ ojos miras!
Aún con
medias torcidas soy aquel tipo de mujer temible, de las doce que hablara el
padronés de Iria Flavia. Mujer fácil dicen algunos pero yo soy novia de una
Sombra. ¿Cómo vas a poder así vestido de harapos conquistar a una mujer? ¿Acaso
te asomas a este grabado para descubrir una flor? No tengo las uñas pintadas;
vacío de senos está mi corazón, pero todos quieren palpar mis piernas. ¿Cómo
vas abrir la puerta sin afectación? Soy todo veleidad: si apagas la luz y me
pintas las piernas del color con que sueña el hombre te ofreceré el soplo del
Olvido, el gemido de una bruja que sabe que va a morir y no le importa
abofetearte el vientre, escupirte en el ombligo y regalarte el paladeado
secreto de la muerte. Pero no soy flor fácil, sólo me estiro las medias,
rectas, sin arrugas, como tantas tiene tu alma. Ahora dime, muchacho, con qué
espejos, con qué ojos, vas a retocarte las pupilas para mirar el muslo de la Luna.
CAPRICHO Nº
30. ¿POR QUÉ ESCONDERLOS?
Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Un clérigo avaro y muy
respetable, esconde sus talegas; pero ya se las buscan sus sobrinos y otros
sacristanes.
Usura
mata
al niño en el útero
no
deja que el joven corteje.
Ha
llevado la sequedad hasta la cama,
y
yace entre la joven novia y su marido.
E. POUND CANTO XLV
EL DINERO dice
lo mismo
que dice un cuerpo corrupto (en vida).
Sus
efectos deletéreos son lentos, por eso aún puedo dar, sin esperar la aversión
que produce el avaro. Usura nunca fue mi oficio: sé que el dinero es una niebla
de oro que pronto se convierte en plomo. El dinero es estridente y todos lo
aceptan como la propina arde entre las manos del mendigo, con silencio sumiso.
El dinero no dice lo que dice una flor, un fucilazo o un niño. El dinero es una
Sombra, una cadena atada a mis pies mientras intento avanzar entre la multitud.
El dinero es un párpado pesado de sueño con el que hombre cubre el amor/ la
pobreza que nunca supo comprender.
CAPRICHO Nº 54. EL VERGONZOSO
Manuscrito de la Biblioteca
Nacional: Los hombres de grandes narices
suelen ser también de gran birote y gordas gandumbas. Como suelen dar en
sodomías, se representa éste con calzones por gorro, descubriendo sus
vergüenzas por la trampa, y en el acto de echarse sobre un pobre diablo y de
remangarse la faldamenta.
SOY UNA SOMBRA tímida,
pero para comer escucho el llamado de unos ojos abiertos que traspasan las
piedras. Pedir es inclinarse / elevarse
hacia otra Sombra en la noche, pues lo oscuro es el sostén de los sueños. Se me
atragantan los huesos de pájaro, como esas dos viejas mendigas en su escenario
de plomo - en que el silencio pesa como oro -, el escenario del fracaso castrado por su
propia ceniza. En el umbral entre la luz y la Sombra, contemplo el incendio en
un laberinto de espejos. Parece haber algo escrito en el silencio de un
letrero. Dice: no alimente a los buitres
ni a los cuervos...
DESASTRE Nº 79: MURIÓ LA VERDAD
Dá vontade de dizer sempre a verdade/ a mentira
SEBASTIÃO
AGUIAR LOPES
LA VERDAD:
primera víctima de la guerra.
La
verdad: nuestra-señora-de-las-sombras, sofocada como una llama. La verdad es un
viento huérfano, una luz herida. ¿Encontrará descanso de su dolor? ¿Hay reposo
en la muerte? ¿Qué reposo será? ¡Ah, quizás la verdad sea aquella que no se
piensa! Murió la verdad y en alguna parte hay monjes que escriben en pulcro
idioma la ciencia de la mentira. Sus obispos bendicen su Olvido. Y yo,
corresponsal del cierre de caja, agonizo de sed. Sólo el sueño de la mentira
libera del hambre. La mentira creadora. La mentira feraz. La mejor mentira de
los oprimidos; nunca la mentira del Olvido que transfiere urgente el óbolo a
otra espalda corriente con más rédito. Todo mentira, sobre todo la verdad.
Mentira esta mano apócrifa que escribe el epitafio de la verdad. Mentira la vida
que siembro en estos versos. Ningún oxido ganará al bronce de las altas
mentiras.
[1] Este grabado
tiene un dibujo preparatorio titulado: se abergüenza de que su madre le able en
público. Catalogado como el
sueño nº 20 en el museo del Prado.
Santiago Aguaded Landero. Volaverunt, opus nigrum. Ed. Algaida, 2019.
-XVII premio de poesía José de Espronceda. Ciudad de Almendralejo-
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