No se le escapaban a Ñor, por otra
parte, las asociaciones fáciles que amigos y enemigos realizaban con su nombre:
Ñor-da, Ñor-do, Ñór-diga… Está bien, bien está. Hace mucho que apreciamos la
forma en que la etimología de humano nos
remite a la benemérita materia orgánica en descomposición. Y uno de los amigos
de Ñor, el sabio mexicano Gustavo Esteva, llama la atención sobre cómo uno de
los nudos centrales de la crisis civilizatoria que amenaza con llevarse todo
por delante es: hacernos cargo de nuestra
propia mierda.[i]
[i]“Gustavo Esteva: Como
sabes, un tal Mr. Crapper inventó para la reina Victoria lo que ahora conocemos
como retrete, el primer inodoro y todo el sistema de saneamiento, y esto,
claramente, reformuló por completo el entorno urbano. En primer lugar hay que
decir que este invento es muy moderno. En 1945, en el país más avanzado, que
por entonces era Estados Unidos, solo la tercera parte de la población tenía
saneamiento "moderno, con el W.C., el excusado inglés y el sistema de
drenaje. Esto, como digo, reformuló las ciudades y creó una verdadera adicción
a este tipo de excusado. Hay personas que no pueden vivir sin él, es una necesidad
básica para ellos. Pero ya hay muchos ecologistas que se dan cuenta de que fue
una decisión sumamente equivocada, que fue una tecnología estúpida, que está
dañando el medioambiente más que los coches. Cuando mezclas estas tres
sustancias maravillosas, mierda, orina y agua, estás creando un cóctel venenoso
que lo contamina todo. Es un problema de salud pública, de costo, de todo...
Dougald Hine: Es
un desperdicio de las tres cosas que, gestionadas de otro modo, pueden tener un
mejor aprovechamiento. Pero no es sólo eso, el inodoro con cisterna te conecta
a un sistema. Piensa en la pesadilla de The Matrix,
todo el mundo en sus cubetas, atrapados y llenos de tubos, conectados a la
realidad virtual. Uno de los motivos por los que nos atormenta esa pesadilla es
que se trata de una descripción muy buena de lo que asumimos como normal: el
tipo de relación que tenemos con la infraestructura es una relación de
dependencia con sistemas inconcebiblemente grandes y centralizados. No es sólo
que nazcamos en incubadoras en las que estamos atrapados llenos de tubos, o que
muramos así. Es que somos nosotros mismos quienes nos enchufamos a diferentes
tubos en momentos decisivos de nuestra vida.
ge: Nos lavamos las manos y listo, no vemos cómo estamos
conectados. Al construir nuestros sanitarios ecológicos secos, que producen
compost, lo que hacemos es desconectar nuestro estómago de cualquier burocracia
centralizada. Se siente una auténtica liberación política cuando no tienes esos
tubos y dejas de estar controlado.
dh: Estas encargándote de tu propia mierda.
ge: Esa es la cuestión fundamental. ¿Estamos dispuestos a
encargarnos de nuestra propia mierda?” Esteva
en conversación con Dougald Hine (uno de los fundadores del Dark Mountain Project). Este diálogo
apareció originalmente en el cuarto número de la publicación homónima en el
verano de 2013, bajo el título "Dealing with our own shit”. Traducido por
Sara Plaza, se publicó en el blog Plaza & Civallero: “Hacernos cargo de
nuestra propia mierda”, 22 de agosto de 2017; http://civalleroyplaza.blogspot.com.es/2017/08/abandonar-la-ilusion-de-control-no-es.html
Jorge Riechmann. Grafitis para Neandertales. Eolas poesía, 2019
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