CRECER
En un momento de tu vida
creces en altura,
crecen tus caderas,
tu pelo,
tu barba,
tus hormonas se reactivan
ingobernables.
Crecen tu impaciencia
y tus expectativas.
Llegado a un punto
—cada cual madura a su tiempo—,
crece tu visión del universo
—aunque la presbicia la entorpezca—.
Crece tu tolerancia,
tu escepticismo,
tu desencanto,
tu capacidad de asimilar el fracaso
y transformarlo
en lección.
Y sí, no es extraño,
crece tu ansia de vivir
mientras es alimentada,
también,
por los restos
de todas las ciudades arrasadas.
CRISTALES ROTOS
Fue un crujido extraño,
el quebranto del exoesqueleto
de un insecto.
Pero el tacto era frío
y la sangre brotaba de mi pie izquierdo.
Había restos de cristales,
nuestros cristales rotos.
DESILUSIONES
Has abierto una caja de bombones
y estaba vacía.
El corcho de la botella
sale sin una explosión jubilosa.
Nadie acude a tu cita.
No puedes tumbarte en la arena,
la marea está demasiado alta.
El maquillaje elegido
no te favorece.
Los zapatos que visitabas
día tras día, pegada tu nariz
al cristal del
escaparate,
siempre acaban rozándote,
martirizando tus pies y tu paseo.
Tus padres lucharon por tu futuro,
pero aún siguen llenando tu nevera
y vistiendo a tus hijos.
Soñaste con envejecer con alguien a tu lado
y tus pasos se han convertido
en solitarios y erráticos.
Hay una urna que espera tus cenizas
—qué liviandad la muerte—,
pero aún no ha llegado tu hora.
BLACK FRIDAY
Pasen y compren,
pierdan la cabeza por
aquello que nunca han necesitado.
Átense al árbol como un perro
inflando sus deudas
y pongan a trabajar a todo
el que esté dispuesto
a dejar su vida por un salario
penoso, literalmente sangrante.
Compren, acumulen, arrinconen.
Diógenes se sentiría feliz
abriéndose paso entre sus objetos inservibles.
Creo que Fidel eligió
el Black Friday
para morir,
para anunciar su claudicación
fumando el último puro.
La utopía
cada vez más lejos.
DIME
Dime, ¿cómo te sientes?
¿Cómo te percibes cada día?
Dime si puedes mirarte al espejo
sin bajar la mirada,
sin pestañear.
No sé.
Cuéntame cuál de las cien lianas has elegido
para escapar en caso
de evacuación forzosa.
Si cada amanecer cosquillea entre las sábanas
o te despiertas sobresaltada.
Quizás.
Explícame tus estrategias de vida,
tus armas contra el dolor
y tus contradicciones.
Es difícil.
Ayúdame a encontrarte en esa maraña
de dudas, anhelos y frustraciones.
Pasemos un rato deambulando
entre las risas y el llanto
sin juicios, prejuicios ni
sentencias.
Agradezco ese interés, la compañía
y la mano tendida.
Valoro la honestidad
del que se esfuerza en ser íntegro,
la generosidad y el empuje
ante mi descreimiento.
Valoro la crítica sin saña,
el beso dulce,
la dulce caricia.
El pañuelo desdoblado
que regresará a tu bolsillo
manchado de carmín,
empapado del último sollozo.
Valoro cada minuto que pierdes
preguntando por mí.
EL FINAL
Dime algo que aún no sepa,
enséñame el extremo de tu calcetín,
las costuras de tu ropa interior,
el tatuaje de tu espalda.
Muéstrame el lóbulo de tu oreja
y la luna de tus uñas.
Háblame en lenguas desconocidas,
muérdeme antes de besarme,
señálame con tu dedo
e invítame a tu guarida deshabitada,
al calor de las palabras absurdas
y de los sentimientos olvidados.
Para disfrutar
mejor empieza por el final
y vísteme poco a poco.
COSTURAS
Repárame.
Repara mis rotos y descosidos.
Une mis jirones de piel
y zúrcelos.
Reconstruye.
Rellena hasta darme volumen
y que pueda sostenerme
sobre mis pies.
Seguir tu estela,
tus pasos rítmicos,
el sonido de tu voz.
Rescátame de ese montón
de ropa olvidada.
Remienda los daños de otros sastres.
Déjame bonito
y sácame a pasear
con la sonrisa bien cosida
a los labios con vainica doble.
Salpica mi piel con lunares de bodoque.
Déjame las costuras
bien rematadas
para que no entre la tristeza
a través de los pes—pun—tes.
No quiero hilvanes,
ser cobijo de una noche
ni remiendo triste
en la rodilla de tu pantalón.
PERROS
A un perro le das una patada
y lamerá tu mano,
seguirá confiando en ti.
Yo me pregunto
por qué nos necesitan tanto.
Todos tenemos algo de perro:
patada tras patada
seguimos esperando
una caricia en el lomo.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
¿Qué está pasando?
Qué se mueve bajos mis pies
o sobre la estratosfera.
Qué satélite nos vigila
y qué erupciones volcánicas
desbordarán las aguas.
Quiero saber qué sucede.
Quiero tener el control
dentro de lo posible.
Me enervan esos hilos
que mueven mis pies.
Las calles sin tomar
mientras nos roban el pan.
Me duelen las cunetas
que aún acogen a hombres
y mujeres de verdad
mientras habitan los paraísos
hombres y mujeres de mentira.
CIEN MUJERES
Desdoblada en las mujeres que soy,
imperfecta en cada una,
especialista en nada,
equilibrista en todo…
Qué abandonar
para ser una súper mamá,
una escritora no mediocre,
una mujer independiente,
una amiga disponible,
una amante a tiempo completo,
una administradora eficiente…
La sensación de fracaso
es como el cielo gris de mi ciudad:
el paisaje adjudicado
del que no puedo escapar.
GATOS
Esta mañana se ha
cruzado un gato en mi camino
-o yo en el suyo-.
He posado las bolsas de la compra en la acera
y me he agachado a acariciarlo.
-o yo en el suyo-.
He posado las bolsas de la compra en la acera
y me he agachado a acariciarlo.
Ha sido un tiempo
provechoso y feliz:
tocar su lomo alivia sinsabores.
Y su filosofía de vida,
exacta en lo esencial,
hermosa en su actitud,
lima aristas y te reconcilia
con lo sublime.
tocar su lomo alivia sinsabores.
Y su filosofía de vida,
exacta en lo esencial,
hermosa en su actitud,
lima aristas y te reconcilia
con lo sublime.
Podría pasarme las horas
mirando su quietud vigilante,
su magnetismo incuestionable,
sus juegos lisérgicos,
su caza infalible.
mirando su quietud vigilante,
su magnetismo incuestionable,
sus juegos lisérgicos,
su caza infalible.
Entonces, suspiro satisfecha,
y sé que estoy
ante algo realmente perfecto.
y sé que estoy
ante algo realmente perfecto.
JUGAR POR LOS QUE NOS
HAN DEJADO
Jugar
por quien ya se ha quedado fuera del juego.
Amar por encima de la ausencia.
Celebrar lo vivido y preservar la memoria de
lo amado.
Reír porque nos sale y porque ellos lo hubiesen
querido así.
Para las que seguimos acompañando
a Rosa.
FUEGO
Entre la
tierra y la savia de los árboles,
entre los
seres que huyen
si nos
presienten,
está la
verdad olvidada.
Olvido como
cadena
que nos hace
esclavos.
Y está el
silencio.
Y las
estrellas tocando el suelo.
Lo que ha de
permanecer y es tan frágil.
Es su latido
lo que nos alimenta
ajenos a ese
pan cada día más correoso.
¿Qué será de nosotros cuando los
árboles hayan muerto?
DIÁLOGO
Hay un gato
en la escalera
tumbado al
sol
en una
postura hedonista,
casi
obscena.
Simulo un
diálogo
de persona a
felino-miau, ay-,
e interpreto
que amonesta
mis
lloriqueos de mujer occidental.
No entiende
mi tristeza:
tengo pan y
vino,
tengo un
armario abarrotado de ropa,
hijos sanos
y alguna que otra amiga leal.
Tengo un
techo enorme sobre mi cabeza
y el mar a
escasa distancia.
Vivo —de vez
en cuando— sensaciones intensas
y celebro algún
que otro éxito.
Se
despereza, se estira infinitamente,
indolente y
feliz.
Se da la
vuelta
y decide
ignorar mi empeño
en convencerle
que la vida, a veces,
es una
mierda.
LA OTRA SEDUCCIÓN
Oriente
seduce a occidente.
Occidente
atrae al Tercer Mundo
y este
escapa de sus tiranos
para habitar
los vertederos.
Las ciudades
embaucadoras
vacían los pueblos,
fantasmas de
una existencia
que abandonó
el calor del fuego.
El
político prepara discursos
para
succionar tu voto
y dejarlo
morir en las urnas de metacrilato.
El seductor
afila sus garras
y refresca
la memoria
con su
arsenal de palabras
y promesas
imposibles.
Y desaparece.
Y explotas
convertida
en partículas
de
desesperación.
La vida te
seduce
y la
malgastas como si fuera eterna.
Si pensáramos
en la certeza que es morir,
todos
seríamos suicidas.
PASADO Y FUTURO INDEFINIDO
Fuimos
alguna vez
seres vivos.
Jugamos hace
tiempo
a la no
existencia.
Leímos
nuestros pensamientos
tras una
lobotomía.
Éramos
exhibicionistas
y escapamos
por la puerta de atrás.
Queríamos
ser libres
hipotecados
entre barrotes.
Pasábamos
frío
en el
periodo canicular.
Siempre
estuvimos descalzos
en aquella
tienda de zapatos.
Y,
me temo,
nunca
seremos
felices.
Nacida en Avilés en 1966, reside desde hace años en Gijón. En el 2014 publica su primera novela, Esperando a Darian (Hades). Licenciada en Historia del Arte, su verdadera vocación apuntaba al periodismo; se resarce escribiendo en la revista musical Future Magazine. La música como universo cotidiano es una constante en su obra tanto narrativa como poética.
En 2015 publica su primer libro de poemas Confieso que he perdido el miedo (Hades), que será representado por la compañía valenciana Teatro Círculo. Ombligos y Universos (CANALLA Ediciones, 2016) es su segundo poemario. Como poeta, participa activamente en recitales y actividades culturales de su ciudad de acogida y sus poemas han aparecido en revistas como Absenta Poética en el monográfico Nosotras, Cronopios, Susurros a Pleno Pulmón… También aparece en la antología Poetas precarios publicada para apoyar la “Marcha contra la precariedad” y en libros colectivos de relatos como “Habitación 2019”, “De vinos” y “Palabra Fiera”, con el proyecto editorial “Alternativas”; Versos para bailar o no y La Banda Sonora, con editorial Almuzara; Histeria, con Bajamar; “; “Poemas contra el Olvido” , editado por “Acción en Red Asturies y Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias; en ODISEA CULTURAL, para “Palabra de Argonauta”
“Compartiendo Historias” recoge el relato ganador del concurso convocado por la Concejalía contra la Violencia de Género del ayuntamiento de Tarrassa.
En junio de 2018 presentó su nueva novela “¿Qué hay en una habitación vacía?” con Canalla Ediciones, y con la misma editorial ve la luz su último libro de poemas, SIMULACRO (2019).
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