Los
senderos se trazaron tiempos atrás por convicciones profundas, raíces que afloraban
mecánicamente exactas, asumidas en la certeza.
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Nos perpetúa el espacio y nos lo trae a la memoria aquello que nunca debe ser olvido.
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No alivia, ni daña, ni depura, ni purifica.
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Lo viejo sentido, tocado.
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Lejano
al uno mismo atado a la tierra.
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Resueltamente
callados a la inmensidad.
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Buscando cada vez más intensamente la
lumbre del tiempo que tiene ante los ojos.
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Estas sinfonías de púas en el pecho al
ritmo de quejas y alborozos.
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El recorrido largo de las venas hasta la
punta de los dedos.
Antonio Ramírez Almanza. Lo visto está inacabado. (II parte)
Fotografía de Carmen Lourdes Fdez. de Soto
por esos paisajes de la carmen ando, antonio (bien lo sabes) con mi taburete plegable a cuestas.
ResponderEliminar¡Estas sinfonías de púas en el pecho al ritmo de quejas y alborozos! un abrazo muy grande.
Hacéis un buen tandem... sus paisajes y tus animalillos extremeños, entre los que me cuento... Abrazos querido hermano.
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