membrana de risas
y asiento de muecas
el viento
se hace un nudo al atardecer
siguen sin
prohibir el occipucio
y la multitud se abraza al badajo
conservando la
egolatría en un humedal
una unión
que asegura
la telaraña
de miradas
sin embargo
se quiebra
por el
débil viento del botijo
es un engorro tener una gárgola en la cabeza
a no ser que el rosario
se zambulla en la cicatriz azucarada
Manel Costa. La poética del botarate. Ed. Libros del Baal, 2020
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