No tuvimos
lugar para quejarnos.
Muy
atrás desterramos
tardes
grises de cara al sol
brazo
en alto y saludo a las banderas.
Tristes
mañanas de rosarios
y
domingos en misa de nueve.
A
todos nos tocó ser,
estar
en todo. En todo.
Bomberos
y pirómanos,
luchadores
modélicos,
pacientes
y agresivos.
Fuimos
punta de lanza
con
carreras de miedo
ante
la guardia gris.
Militantes.
Sin serlo.
Organizamos
células y abrigos.
buscamos
conocimientos,
leímos
a Karl Marx
con
Marta desde Chile
y
algunas emociones
que
aprendimos de antiguos militantes.
Vinieron
clandestinos
desde
exilios y cárceles.
donaron sus historias,
su
sensibilidad,
su
luz de Libertad.
Nunca
los volvimos a ver.
Javier Arnáiz. Abrazo partido. Ed. Amargord, 2021
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