Adormilados, bostezando,
sin motivación, sin ganas,
colocando el talento y la inteligencia
en lugares que ni están en el currículo
ni serán jamás evaluados.
Pobres, mal vestidos con ropas de mercadillo,
feos, ilusos protegidos por sus padres
de esta sociedad donde representan las sobras.
¿Por qué les consentimos ahora,
cuando mañana no les vamos a dejar pasar ni una?
No saben la que les espera
cuando sean expulsados de aquí.
¿Para qué les enseñamos
cosas sin sentido
que los alejan de la vida
y justificarán mañana su fracaso,
la ruina en la que acabarán convertidos?
Escapad hoy, mientras aún tenéis fuerzas
para pensar en la huida,
hacednos ver que estáis vivos.
Antonio Orihuela
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