Mientras
Dama y Vagabundo se besan al calor de una chimenea,
ciento
sesenta millones de desplazados, muchos de ellos niños,
se
mueven sin hogar por el mundo.
Mientras
Dumbo sueña con elefantes rosas que vuelan,
aviones
israelíes matan a cuatrocientos niños en el Líbano.
Mientras
el rey León se abraza a un mandril
que
lo felicita por el nacimiento de su vástago,
siete
mil bebés mueren cada día en el Tercer Mundo
por
enfermedades prevenibles como la malaria,
la
diarrea o la neumonía.
Mientras
Pinocho se convierte en niño por obra del Hada Azul,
militares
israelíes hacen desaparecer a 1670 menores en Palestina.
Mientras
Blancanieves y el príncipe celebran su banquete de bodas,
treinta
mil familias en España acuestan a sus hijos sin cenar.
Mientras
la Sirenita emprende la aventura de buscar dos piernas humanas,
cien
millones de minas mutilan a cuatro mil niños todos los años.
Mientras
Aladín vuela en su alfombra mágica,
veinte
mil niños han muerto en los bombardeos sobre Siria.
Mientras
Peter Pan escapa de sus obligaciones a un mundo de fantasía,
264
millones de niños permanecen sin escolarizar.
Mientras
Bamby crece entre encantadores juegos con cervatillos, conejos y mofetas
en
una armonía zoológica de postal cristiana,
170
millones de huérfanos sufren las dentelladas de la soledad y el capitalismo.
Mientras
las judías mágicas crecen y crecen hasta tocar el cielo,
cinco
millones de niños mueren de hambre en el mundo.
Mientras
Bella baila con su traje de oro,
uno
de cada cinco niños sufre abusos sexuales en España.
Mientras
la Morsa y el Carpintero cantan la canción del buen burgués,
218
millones de niños son explotados en el mundo.
Mientras
los flamencos despliegan su armónica coreografía en Fantasía,
medio
millón de niños en el planeta se convierten en soldados.
En
el mundo hay niños, pero infancia, solo para unos pocos.
Tenemos
los niños asesinados, violados y explotados de allí
y
los niños ensimismados, solitarios e inermes de aquí,
encerrados
en crisálidas, provistos de ordenador, Tablet,
IPhone,
PlayStation y TV
para
reforzar aún más su lejanía de todo lo vivo.
Para
unos la realidad es un exceso que cuesta la vida,
para
otros la ficción es la cápsula en la que escapar de la realidad.
Antonio Orihuela
“Si no hubiera sido inventada la sociedad, el hombre seguiría siendo una bestia salvaje, o, lo que es lo mismo, un santo".
ResponderEliminarMijaíl Bakunin
La cultura ¿sirve para algo,
ResponderEliminaraparte de alimentar al culto?
Mientras millones de inocentes viven
dando gracias a Dios por el insulto
de haberles hecho para ser basura
el culto se relame si comprende
que es distinto y que sabe.
El ejército de cultos nunca vence
en la batalla de salvar el mundo.
El hambre sabe poco de literatura.
ASB.