Han venido los poetas
Quienes me conocen
saben quiénes son los poetas,
esos que aparecen en los veranos
en las calles de este pueblo
Saben que son esa marabunta
cargada con no sé qués nuevos
y aspectos raros
trayendo algo extraño
que se terminarán llevando
"Cristian, ya están aquí los poetas"
me anuncian esperanzados
aunque nunca hayan leído una poesía
ni hayan estado jamás tan cerca de un poeta
Yo sé que los poetas están aquí,
porque pego los cárteles con Antonio
y porque espero la fecha cada año
la catarsis de un mundo dentro de otro
"¿Vas a lo de los poetas?"
y resulta rara la palabra poeta
en sus bocas, en sus ojos…
suena como si pronunciasen
libertad, travesura,
soy hermoso, yo no voto,
y me amo, en lugar de mi amo.
A eso me suena cuando me hablan
de los poetas de tu amigo Antonio.
Yo no les digo que los poetas no tienen dueño
y que por eso tal vez les va cómo les va,
como ellos quieren ir sin ser llevados
Los poetas, estos y algunos otros,
si tienen algún dueño,
no está en este mundo
aquí no puede estar
Nunca, tal vez,
estarán tan cerca de un poeta
ni si quiera de una poesía
aunque yo, nervioso, les haya leído algunas
para ver qué pasa
a dónde iba, el poema,
o a dónde iban ellos
y muy pocas veces se ha movido nada
Claro, los poetas pasean por el pueblo
con ese aspecto de turista desacreditado
y se llevan las miradas de las gentes
con las que tal vez, escriban, más tarde
un poema en la habitación del hostal,
en la taberna de Raposo, en el Alkimia
o en el cuadernillo manoseado del alma
La gente del pueblo no sabe
que en todas las cosas hay un poema,
y es que algunos poemas permanecen mucho tiempo sepultados,
esperando a que el poeta extirpe la palabra
y le ponga vida, que vuele, que sea
La gente del pueblo no sabe
que en todas las personas hay un poema,
y es que algunas personas permanecen mucho tiempo sepultadas,
esperando ser extirpadas
y les pongan vida, que vuelen, que sean
Casi nunca nadie me acompaña,
solo preguntan por los poetas,
nunca por la poesía
Pero los poetas son la poesía
un verso con su forma de vivir
Los poetas vienen al pueblo
pero, ironía,
el pueblo no va a los poetas
Pero yo sigo viendo
en sus bocas y sus ojos…
algún tipo de poesía
les pusieron vida, vuelan, son
Antonio sigue ahí
Antonio sigue ahí,
casi como cuando lo conocí
Lo llaman los amigos, supongo
y deben decirle algo así como
"Antonio, a ver si puedes acercarte
y nos lees unos poemas…"
Y Antonio se posa delicado delante de un micro
como criatura a la que sacan
de algún lugar cálido,
el hogar donde los guerreros
regresan para meditar
Y parece tan ínfimo, tan pequeño, tan inofensivo
con su librito entre las manos
eligiendo con cuidado y mimo
las balas con que ha de sesgar
el aire corrupto que nos rodea
Pero es tan necesario,
tan certero,
tan herida en la herida
Se convierte, porque lo convertimos
en una especie de oráculo pre-apocalíptico
y con pedagogía nos corresponde
en una serie de posibilidades
asegurando que es verdad eso de que
otro mundo mejor es posible
más allá de la televisión
Antonio es, para ellos
lo poco que tienen para sentirse menos esclavos
Pero para nosotros es,
lo mucho que tenemos para sentirnos nuestros dueños
Puede parecer poca cosa,
apenas una pieza de artillería
que los rebeldes hemos colocado
en mitad de la plaza
para hacer frente al arsenal poderoso
de ciborgs y drones
con que el tirano
quiere hacernos polvo
Seguramente podría haber sido
miembro de la real academia,
incluso prologado por Sánchez Dragó,
tertuliano junto a Pérez-Reverte
y hasta concursante de gran hermano
¿Os lo imagináis?
Pero eligió estar entre los que iban a perder,
estar presente en el bando que cuenta bajas
para volver de nuevo al barro y al hambre
puede que porque con barro y hambre
se conforme la chispa del revolucionario
Antonio permanece ahí
un rato más de píe, diciendo
que él sabía el precio que tenía que pagar
por ser capaz de elegir su propio bando
Le hacemos preguntas después,
cuando sus poemas todavía silban por la sala
Preguntas a las que él mira
como diciendo en su armoniosa sonrisa:
Vosotros ya sabéis las respuestas
Un hámster en una ruleta,
le leí una vez
Y es verdad,
aunque nunca se lo he dicho
que también yo tengo esa sensación de que él,
de alguna forma representa el antiguo vínculo mágico
que tenemos las almas contemporáneas
con los viejos chamanes de la tierra
No es el único ni tampoco el último
Pero uno si tiene en su presencia
esa sensación de que:
Como no aprovechemos esta oportunidad
sus poemas más tristes
se van a hacer una realidad aún más jodida
Nosotros le escuchamos…
¿Será suficiente para él?
¿Será suficiente para nosotros mismos?
No lo sé,
pero en cualquier caso,
Antonio sigue ahí
Voces
Aquí he muerto y he vivido
La poesía vino a rescatarme
del naufragio del clavo ardiendo
He avistado tierra
y quiero estar aquí,
con vosotros,
en esta isla de conciencia
Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013
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