Querida amiga.
En contestación a tu carta puedo decirte que:
'Rara avis' (como me nombras) es una de mis expresiones latinas favoritas.
Y sí, un poco rarito sí que soy.
Por eso me sorprende mucho darme cuenta de las sincronicidades que hay entre nosotros, en cuanto a gustos 'raros' se refiere.
No por raros, sino por apasionantes y a la vez exclusivos, que no se suelen compartir con otros tan fácilmente, pues no queremos que nos tilden de 'raritos' (o por lo menos en mi caso).
Y a cuentas de esto último aprovecho y saco otra de mis expresiones latinas favoritas. 'pedes in terra'.
Porque sin perder de vista la otra parte de esa frase latina 'ad sidera visus', yo estoy volcado desde hace ya un tiempo, en TENER LOS PIES ANCLADOS EN LA TIERRA (O dicho de otro modo 'tener bien amueblada la cabeza'). Que para mí significa, entre otras cosas, no dejarme arrastrar, convencer, manipular, por el último charlatán de turno, por ejemplo, con teorías conspiranóicas, milenaristas o mágico-espirituales. Ni mucho menos por aquellos que vomitan odio constante por sus bocas o sus plumas. Porque como digo, aunque mi mirada siempre ha estado enfocada hacia el cielo, sobre todo escudriñando las estrellas, desde pequeño que tengo esta pasión por la astronomía. Ahora, en mi mayoría adulta, prefiero mirar mucho más a lo que me rodea, en especial lo que tiene que ver con el sufrimiento de las personas, léanse las guerras, el hambre, el desconocimiento de las manipulaciones a las que estamos sometidas todas las personas en la vida moderna, la desgracia en el amor; amén de poner también la mirada y al mismo tiempo, en el Planeta azul que nos transporta por ese Universo al que venero. Observo todo lo que le estamos haciendo y que se refleja en el cambio climático, que con urgencia nos impele cada vez con más fuerza, a cambiar de rumbo esta humanidad, su relación entre nosotros mismos, los humanos, y con el medio ambiente y el resto de seres que lo habitan, de los que formamos parte como un ecosistema integrado.
De hecho y a cuentas de los ecosistemas y su constante ejercicio por mantenerse en equilibrio, por preservar la vida, y en relación a la situación provocada por el coronavirus, yo entiendo toda la situación, precisamente como un desequilibrio 'mortal' en los diferentes ecosistemas del planeta, del que los humanos formamos parte, indisociable del resto de seres que lo pueblan, sean animales, plantas o virus y microbios. Sean Ríos, montañas y océanos, el aire que respiramos y la propia radiación del sol, que nos procura la vida.
Y esta rara avis que quiere volar, entra en contradicción con sus pedes in terra.
Y ésta, es una lucha eterna.
Y empiezo a estar algo cansado...
Primer día de la ‘nueva normalidad’. (junio 2020)
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