En los campos están las ciudades
y en las ciudades están las calles
y en las calles están las casas
y en las casas la miseria moral y la traición
conviviendo con todos los inquilinos, los perritos y los gatos
En las calles están las casas
y si te fijas dentro de ellas podrás distinguir
parpadeantes luces de colores
son de los arbolitos
las luces de los arbolitos
porque estamos en navidad y todo el orbe se encuentra invadido por paquetes y cinismo
y eso hace que las bombillas funcionen
como todos los años
En esta ocasión hasta he podido escuchar a grupos de jovencitos cantando villancicos
y con cara de creérselos
aunque el que mejor lo hace es Enrique Morente
lo de cantar villancicos
no sé si se los cree o no
Los Campanilleros
Ana y yo volvimos a estar juntos en uno de sus conciertos
en un acto de fe más
ella y yo nos queremos a pesar de que no echemos un polvo desde hace una eternidad
tal vez en nochebuena
como los gañanes
Yo no quiero regalos en la actualidad
sólo ansío realidades y unos ojos verdes
y un poco más de tiempo para comprobar si finalmente triunfan el napalm y los misiles
o si por el contrario la bomba de la pasión estalla
y desterramos los condones para siempre
a pesar del sida y de su puta madre
Yo sé lo que es estar dentro de ti sin protección alguna
y no podré olvidarlo mientras viva
al principio tenía que decírtelo todo
nena, no uses mi cepillo de dientes
no te acerques demasiado a mi sangre
lo que quiero es que devores mi alma
esa sí que no está sucia
ni contaminada
Y lo de sentirte sucio es otra cosa apasionante y relativa
de pronto te das cuenta de que todas las hembras que se acuestan contigo deben de quererte
muchísimo
y eso no es moco de pavo
estoy seguro de que hay otros individuos que deben sentirse mucho más tiznados que yo
la enfermedad no es sucia
ni la navidad tampoco
lo cual no impide que los de siempre hayan
pretendido llenarlo todo de mierda
El Ángel
Otoño asesino
–Planeta Clandestino 128–
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