Al otro lado de la vida, al otro lado de la infancia, al otro lado del jardín.
Todos se han ido y sólo queda regresar.
Giran los días, giran bajo la púa de nieve, bajo la implacable batuta del porvenir,
hipótesis de luz en la sombra, al otro lado de la dársena, donde el ala pliega su duelo, donde el
perro esconde tu mano en la grieta del muro y el pez muerde el sedal, la semejanza que
hilvana el vestido para el viaje de las últimas cosas, la incesante madeja, fundación de
penumbra en la penumbra.
Un soplo, un resplandor, la nieve.
Hoy, mañana, nunca, cuando ayer y hoy son ya un mismo día en tu corazón.
Entonces, el regreso, para llegar al lugar donde la cicatriz siembra su íntima voluntad, texto
borrado donde te sientas a escuchar los días mientras el mundo gira cuando cae la noche.
Aquí.
Guadalupe Grande
Mapas de cera
–Planeta Clandestino 129–
(Pero hay más. A quienes no están muy seguros de creer en la poesía de género, Guadalupe Grande podría ayudarles a comprender que no puede obviarse su peso)
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Lo que cabe en una mano
aún antes, antes de que la sal mida el tiempo
la cabeza de las mujeres rasuradas en la resistencia
la cabeza del colibrí, marca, hueso, piedra en el camino
señal para el viaje cuando sólo las aves conocen el secreto del metal
la cabeza de las mujeres rasuradas por cien gramos de arroz
por dos terrones de azúcar, por un simbólico cupón donde se dice
y las rasuradas porque sí y las rasuradas porque no (...)
GUADALUPE GRANDE (Tratado de la Medida)
Chiloé
Otro gran poema, sin duda...
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