A
las ocho de la tarde
todos
los domingos
se
empapela esta ciudad
con
fotos de mi cara.
WANTED
Hordas
de sheriffs
y
cazarrecompensas
me
buscan
por
los bares
por
las calles.
Nadie
los ve
pero
yo oigo
sus
tiros al aire
los
cascos
de
sus monturas.
Mis
horas están contadas.
A
las ocho de la mañana
cada
lunes
no
puedo más
y me
entrego.
***
Los
viejos que van en zapatillas por la calle
como
si el mundo fuera un pasillo
y
todos los caminos, el camino de la alcoba al baño.
Nos
miran sin entender para qué o quién nos vestimos
por
qué nos acicalamos para ir al matadero.
***
Hemos
elegido perder eternamente
para
no mancharnos las manos.
No
parecemos reparar en
cómo
se mancha la conciencia
mientras
nos quedamos quietos.
Cómo
se llena de verdín
y se
hace resbaladiza.
Ana Pérez Cañamares. Las sumas y los restos. Ed. Devenir, 2013
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