ALGODONEROS
-tres familias de arrendatarios-
fotografías de Walker Evans
Ed. Capitán Swing. Madrid, 2014
18’50 euros
El presente libro es el fruto del trabajo
que llevaron a cabo el periodista James Agee y el fotógrafo Walker Evans sobre tres
familias de agricultores arrendatarios en el condado de Hale, Alabama, en el
verano de 1936. El origen de este trabajo fue un encargo de la revista Fortune
que los editores archivaron al comprobar cómo el relato de Agee quedaba fuera
de su línea editorial ya que ponía sobre el tapete una realidad social de paro,
hambre, pobreza, desesperación, penurias y relaciones de explotación y
servidumbre poco edificantes para los lectores de una revista de clase media
norteña. Sólo cincuenta años después sería publicado en inglés y ahora lo hace
por primera vez en castellano.
El libro es un concienzudo trabajo
de denuncia social y de descripción de
una realidad que parece más propia del siglo XIX que de los Estados Unidos de
mediados del siglo XX.
En él se desmenuza con cristalina
transparencia la vida cotidiana de tres familias de agricultores arrendatarios,
y desde ellas vamos aproximándonos a su forma de vida, sus casas, hábitos,
comidas, trabajos, ropa, salud, educación o tiempo libre bajo un denominador
común: las marcas por la pobreza, la
brutalidad, la ignorancia, el miedo y la falta de horizontes vitales fruto de
la rígida estructura social cuasi feudal de los Estados del sur de los USA, con
la omnipresente figura del todo poderoso terrateniente en la cima de la misma,
y los negros, que en aquella época, aún lo tenían peor que los mismos
arrendatarios y jornaleros blancos, en lo más bajo de la pirámide social y, por
tanto, viviendo incluso en peores condiciones que los blancos pobres. Una
sociedad opresiva donde cada uno sabe cuál es su lugar y la violencia es, en
última instancia, la forma en que las cosas se mantienen en su sitio.
Las pocas fotos que acompañan el
libro, obra de Walter Evans, ilustran con toda crudeza el texto de Agee y son
un magnífico complemento a este documento a la objetividad.
Estamos pues ante un libro
estremecedor que nos cuenta lo que nos negamos a aceptar, que la riqueza de
unos se sustenta en la pobreza y la explotación de muchos.
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