Ángel de la Guarda
Un niño acaba de entrar en un colegio con la pistola que su
padre guardaba encima del armario. Dios observa, estira los
brazos y bosteza. A los pocos minutos cambia de canal.
El hombre invisible
Sería delicioso controlar mi invisibilidad para asaltar bancos
y rondar doncellas impunemente, pero de momento sólo me
ocurre delante de mi mujer y mis hijos.
Ramón Santana. Presupuesto sin compromiso. Ed. Baile del Sol, 2014
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