En Corea
una locutora vestida de riguroso luto
y deshecha en lágrimas, anuncia
que el líder ha muerto.
La gente comienza entonces a sollozar desconsolada
y los ciudadanos norcoreanos hacen entonces
lo que el régimen espera de ellos.
En España
una locutora vestida de riguroso rojo
y palabra de honor,
dibuja una sonrisa perfecta
antes de decirnos que no esperemos al último
día
para realizar nuestras compras navideñas.
La gente comienza entonces a llenar los
centros comerciales
y los súbditos españoles hacen entonces
lo que el régimen espera de ellos.
Dictadura, democracia.
Antonio Orihuela. El amor en los tiempos del despido libre. Ed. Amargord, 2014
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