Nosotros,
hombres futuros,
hemos mirado los ojos
de los poetas muertos
y hemos contemplado
dentro de ellos
el dolor del mundo
el dolor amargo
el dolor pertinaz
el dolor angustioso
el dolor cansado
el dolor que grita
el dolor eterno
de la locura
el dolor que se vierte
gota a gota
sobre la tierra
el dolor que nos atrapa
como una telaraña
el dolor que lo emponzoña
absolutamente todo
el dolor impío
el dolor nuevo
y el dolor viejo
el dolor inesperado
el dolor de la mentira
el dolor de la carne muerta
el dolor salvaje
el dolor vagabundo
el dolor abierto de piernas
el dolor terrible
el dolor desnudo
el dolor de la soledad
el dolor infame
el dolor desolado y fútil
de la belleza
el dolor que nunca duerme
el dolor que golpea con saña
el dolor que se oculta
en los ojos de los poetas muertos.
Todo el dolor de este mundo.
Rafael Calero
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