EXILIO
TANTO
he olvidado,
que la luz ya no evoca
el peso de tus pasos en mi cuerpo:
esa secreta hoguera.
SUPERVIVENCIA
HACE décadas que no duermes,
no puedes soportar
el dolor de tus ojos torvos.
Te abaten espirales infinitas:
buques infames,
confusión de neuronas.
Abraza los susurros,
descansa.
MILAGRO
UNA ráfaga cruza el cauce,
entra fugaz por mi ventana.
Cobijado en el sótano agrietado
de la lluvia que expulsa pájaros,
fenezco tras el péndulo.
El olor femenino de la noche,
declara que no existe engaño,
en vano arrullo el alba.
Ricardo Fernández Mollano. Zarzal. Ed. Amargord, 2015
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